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MADRID 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) señalan que la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con en cáncer de tiroides ha mejorado en los ultimos años gracias al desarrollo de terapias más personalizadas y tratamientos menos agresivos, como la rediferenciación tumoral mediante inhibidores de la vía MAPK para restaurar la captación de yodo den tumores refractarios, que "marcan una nueva era" en el manejo de este tipo de cáncer.
El cáncer de tiroides, un tumor raro que constituye menos del 1 por ciento de las neoplasias malignas, con una incidencia de entre 2 y 20 casos por 100.000 habitantes y año, tiene en España una incidencia se sitúa en los 5 casos por cada 100.000 habitantes en mujeres y 1,9 casos, en hombres.
Coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de Tiroides que se celebra este miércoles, SEOM destaca los avances más importantes en un cáncer cuya incidencia ha ido aumentando en la última década debido al diagnóstico incidental de nódulos pequeños, pero con una mortalidad que sigue siendo baja y se ha mantenido estable
La mayoría de los pacientes con cáncer de tiroides diferenciado no mueren de su enfermedad. Sin embargo, se han identificado algunos factores que están relacionados con un mayor riesgo de recaída y mortalidad. Los factores pronósticos más importantes son la edad al diagnóstico, el tamaño del tumor primario y la presencia de afectación de partes blandas y metástasis a distancia.
Una vez que se diagnostica un cáncer de tiroides, recuerdan que "se pueden considerar varias opciones de tratamiento, dependiendo de la extensión de la enfermedad, la edad del paciente y la presencia o ausencia de comorbilidades".
Como en la mayoría de las patologías oncológicas, el mayor beneficio para los pacientes se consigue con el manejo multidisciplinar. En el abordaje de los pacientes con cáncer de tiroides es fundamental la interacción del cirujano, endocrinólogo, especialista en medicina nuclear, oncólogo radioterápico y oncólogo médico.
La evaluación ecográfica estandarizada mediante ACR TI RADS ofrece un lenguaje común para describir nódulos y orienta sobre qué lesiones necesitan biopsia. Las citologías indeterminadas (Bethesda III y IV) se complementan ahora con pruebas moleculares, que evita la mayoría de las cirugías diagnósticas, con un valor predictivo negativo superior al 94%. La cirugía es el pilar fundamental del tratamiento en los pacientes con carcinoma diferenciado de tiroides.
En pacientes con factores de mal pronóstico (invasión vascular, subtipos histológicos agresivos, etc.) se plantea ablación con radioiodo tras la intervención quirúrgica. Los cambios en el tratamiento del cáncer de tiroides en los últimos años se refieren fundamentalmente a la enfermedad avanzada sin cambios en cuanto a tratamiento local.
AVANCES EN TERAPIAS DIRIGIDAS PARA ENFERMEDAD AVANZADA
La quimioterapia clásica tiene un papel muy limitado en el tratamiento del carcinoma de tiroides. En los últimos años, el grupo más desarrollado de fármacos es el de los inhibidores de tirosin-kinasa. Este tipo de tratamiento ha supuesto un avance en los pacientes que progresan a tratamiento con yodo radiactivo.
Bajo esta denominación se agrupa una serie de moléculas dirigidas a bloquear los cambios químicos que ocurren en el dominio intracelular de los receptores de membrana desencadenando la cascada de transmisión de la señal de crecimiento hacia el núcleo. Se trata de fármacos orales, habitualmente bien tolerados y que se pueden tomar de continuo, si el paciente no presenta mucha toxicidad, hasta que la enfermedad se haga resistente a ellos.
En el carcinoma diferenciado refractario al yodo y con metástasis, cabozantinib se aprobó en 2015 tras demostrar un aumento de la supervivencia libre de progresión. Las fusiones NTRK se tratan con larotrectinib o entrectinib, fármacos agnósticos aprobados en 2018 y 2019, respectivamente, con tasas de respuesta superiores al 57%.
Para el carcinoma anaplásico con mutación BRAF V600E, la combinación dabrafenib + trametinib es el tratamiento estándar y produce respuestas rápidas. Para tumores con fusiones RET, los inhibidores selectivos selpercatinib y pralsetinib se aprobaron en 2021 y ofrecen respuestas duraderas y han desplazado a las multiquinasas como primera línea.
En cuanto al futuro, como hemos indicado, la rediferenciación tumoral mediante inhibidores de la vía MAPK para restaurar la captación de yodo en tumores refractarios es una línea de investigación prometedora. Estas innovaciones marcan una nueva era en el manejo del cáncer de tiroides, con tratamientos más personalizados y menos agresivos que mejoran la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.