MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad Edith Cowan (ECU), en Australia, ha encontrado que la terapia intensiva no es necesariamente la mejor cuando se trata de tratar la pérdida del lenguaje y la comunicación en la recuperación temprana después de un accidente cerebrovascular.
Publicada en el 'International Journal of Stroke', la investigación ha comprobado que, a diferencia de la rehabilitación de habilidades físicas y motoras, recuperar el lenguaje perdido causado por una condición conocida como afasia después de un accidente cerebrovascular es un maratón y no un sprint. También mostró que la intervención temprana es crucial.
La autora principal, la profesora asociada Erin Godecke, de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la ECU, destaca que los hallazgos tienen implicaciones importantes para el tratamiento de la afasia porque significan que es probable que cambien las opciones de prestación de servicios.
"Hasta ahora las personas con afasia han recibido la mayor parte de su terapia en las primeras 6-8 semanas después del accidente cerebrovascular --recuerda la profesora Godecke--. Nuestra investigación muestra que esto no tiene ningún beneficio. Es probable que la misma terapia pueda extenderse durante un período más largo para mejorar la recuperación, en lugar de obtener una explosión al principio y muy poco durante los próximos meses o años".
La afasia es un trastorno neurológico que afecta al habla, la comprensión, la lectura y la escritura. Afecta a un tercio de alrededor de 17 millones de personas en todo el mundo que sufren un accidente cerebrovascular cada año y se trata con terapia del habla.
La profesora Godecke recuerda que la terapia de la afasia y la intervención temprana son de vital importancia para los resultados de recuperación después de un accidente cerebrovascular. Sin embargo, aumentar la intensidad del tratamiento no equivale a mejores resultados.
"Descubrimos que cuando proporcionamos terapia temprana para la afasia, las personas tenían un aumento masivo en su capacidad para comunicarse a las 12 y 26 semanas después del accidente cerebrovascular --explica--. Podían hablar mejor y tenían menos dificultad para encontrar y usar las palabras adecuadas".
"Sin embargo, lo que es más importante, también encontramos que si proporcionamos alrededor de 10 horas de terapia por semana en comparación con casi 23 horas a la semana, los resultados no fueron diferentes. No vimos ningún daño, pero tampoco vimos ningún beneficio", señala la profesora Godecke.
En este sentido, añade que la forma en que las personas recuperan las habilidades motoras después de un accidente cerebrovascular es diferente a la forma en que recuperan el lenguaje.
"Tendemos a creer que más intensivo siempre es mejor. Sin embargo, estamos comenzando a ver que surgen datos que nos muestran que la recuperación del lenguaje podría comportarse de manera un poco diferente a las funciones de recuperación motora como caminar, mover el brazo o sentarse", resalta.
Así, concluye que "no se necesita un régimen tan intensivo para el lenguaje como para la recuperación al caminar. Es posible que necesitemos la misma cantidad de tratamiento, solo distribuido durante un período más largo".
Godecke añade que el nivel de dificultad, o la intensidad, de la terapia de la afasia debe adaptarse a lo que la persona puede tolerar. "Debido a que el lenguaje es una función de orden superior e implica más tiempo para pensar y habilidades cognitivas, tener descansos entre sesiones puede ayudar a consolidar el aprendizaje --explica--. No hay beneficio en que alguien corra a toda velocidad cuando puedes hacerle correr a un ritmo moderado, obtener el aprendizaje que necesitan, retenerlo durante más tiempo y aprovecharlo".
El estudio Very Early Rehabilitation for Speech (VERSE) de la ECU es el primer ensayo internacional de afasia. El estudio tuvo como objetivo determinar si la terapia intensiva de la afasia, que comienza dentro de los 14 días posteriores al accidente cerebrovascular, mejora la recuperación de la comunicación en comparación con la atención habitual.
Los investigadores reclutaron a 246 participantes con afasia después de un accidente cerebrovascular de 17 hospitales de cuidados agudos en Australia y Nueva Zelanda. Los participantes recibieron el nivel habitual de terapia de afasia o uno de los dos regímenes de mayor intensidad.
El estudio de la ECU encontró que la terapia intensiva temprana para la afasia no mejoró la recuperación de la comunicación dentro de las 12 semanas posteriores al accidente cerebrovascular en comparación con la atención habitual.