MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Dos dosis de psilocibina, un compuesto que se encuentra en las setas alucinógenas, reduce el consumo excesivo de alcohol en un 83 por ciento de media entre los bebedores compulsivos cuando se combina con la psicoterapia, según muestra un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos).
En la investigación, participaron 93 hombres y mujeres con dependencia del alcohol que fueron asignados al azar para recibir dos dosis de psilocibina o un placebo antihistamínico. Ni los investigadores ni los participantes en el estudio sabían qué medicación recibían.
En un periodo de ocho meses desde el inicio de su tratamiento, los que recibieron psilocibina redujeron el consumo excesivo de alcohol en un 83 por ciento con respecto a su consumo antes de comenzar el estudio. Por su parte, los que habían recibido antihistamínicos redujeron su consumo de alcohol en un 51 por ciento.
Entre otros resultados clave, el estudio demostró que ocho meses después de su primera dosis, casi la mitad (48%) de los que recibieron psilocibina dejaron de beber por completo, en comparación con el 24 por ciento del grupo de placebo.
"Nuestros resultados sugieren claramente que la terapia con psilocibina es un medio prometedor para tratar el trastorno por consumo de alcohol, una enfermedad compleja que ha demostrado ser notoriamente difícil de manejar", dice el autor principal del estudio y psiquiatra Michael Bogenschutz.
Según los investigadores del estudio, investigaciones anteriores ya habían identificado el tratamiento con psilocibina como un medio eficaz para aliviar la ansiedad y la depresión en personas con las formas más graves de cáncer. Además, investigaciones anteriores de Bogenschutz y otros sugirieron que la psilocibina podría servir como terapia potencial para el trastorno por consumo de alcohol y otras adicciones.
El nuevo estudio, publicado en la revista 'JAMA Psychiatry', es el primer ensayo controlado con placebo que explora la psilocibina como tratamiento para el consumo excesivo de alcohol, según los autores del estudio.
Para la investigación, el equipo reclutó a hombres y mujeres a los que se les había diagnosticado dependencia del alcohol según las definiciones estándar y que consumían una media de siete bebidas en los días en que bebían. Un total de 48 pacientes recibieron al menos una dosis y hasta tres dosis de psilocibina, y 45 pacientes recibieron el placebo antihistamínico.
Todos recibieron hasta 12 sesiones de psicoterapia. Estas tuvieron lugar antes y después de los tratamientos farmacológicos. Posteriormente, se pidió a los participantes que informaran del porcentaje de días de consumo excesivo de alcohol que habían experimentado durante las semanas 5 a 36 del estudio.
También proporcionaron muestras de pelo y uñas para confirmar que no habían bebido. A continuación, se ofreció a todos los participantes una tercera sesión de psilocibina para garantizar que los que habían recibido previamente un placebo tuvieran la oportunidad de ser tratados con la droga psicodélica.
APLICACIONES EN SALUD MENTAL
"A medida que crece la investigación sobre el tratamiento psicodélico, encontramos más aplicaciones posibles para las condiciones de salud mental", dice Bogenschutz. "Más allá del trastorno por consumo de alcohol, este enfoque puede resultar útil para tratar otras adicciones, como el tabaquismo y el abuso de cocaína y opioides", añade.
Bogenschutz afirma que el equipo de investigación tiene previsto realizar un ensayo multicéntrico más amplio, y advierte de que "hay que seguir trabajando para documentar los efectos de la psilocibina y aclarar la dosis adecuada antes de que el fármaco esté listo para un uso clínico generalizado".
Tal y como recuerdan los investigadores, la psilocibina es un compuesto natural derivado de los hongos con cualidades de alteración mental similares a las del LSD y la mescalina. La mayoría de los participantes en el estudio experimentan profundas alteraciones en la percepción, las emociones y el sentido de sí mismos, incluyendo a menudo experiencias que se consideran de gran importancia personal y espiritual.
Dado que eleva la presión sanguínea y el ritmo cardíaco y puede causar efectos psicológicos incapacitantes y a veces abrumadores, los investigadores advierten que solo debe utilizarse en entornos cuidadosamente controlados y junto con una evaluación y preparación psicológica.