MADRID, 31 Mar. (INFOSALUS) -
La hernia consiste en la aparición de un saco formado por revestimiento de la pared abdominal que atraviesa un orificio de la envoltura muscular por donde protruyen las vísceras.
TIPOS DE HERNIA
Existen diversos tipos de hernias según su situación en el cuerpo como la hernia de hiato, que se presenta en el diafragma haciendo que la parte superior del estómago se introduzca en el tórax, la hernia umbilical, una protuberancia alrededor del ombligo, la hernia crural, a través del orificio femoral, o la hernia inguinal.
Según explica a Infosalus el doctor Luis Capitán, especialista en cirugía general y Aparato Digestivo del Hospital Victoria Eugenia de Sevilla, de Cruz Roja Española, en la hernia inguinal se presenta un bulto o tumoración en la región de la ingle que, por lo general, sobresale con la tos, los esfuerzos defecatorios o por coger peso.
En una postura recostada puede reducirse y permitir su vuelta a la posición normal de forma manual en muchas ocasiones, pero para su corrección definitiva requiere de una intervención quirúrgica. "Es una patología con fácil solución y cuya intervención quirúrgica es muy segura y se realiza de forma ambulatoria con un postoperatorio que presenta pocas complicaciones y que es muy llevadero", apunta el doctor Capitán.
Es una afección que sufren hombres y mujeres aunque suele ser más frecuente en los varones. La hernia inguinal puede deberse a un defecto en la región inguinal o bien al debilitamiento del tejido por la edad.
Existen situaciones en las que hay una predisposición cuando se ha producido una persistencia del conducto peritoneo-vaginal. En el desarrollo del feto se produce el descenso testicular que arrastra el peritoneo para formar el conducto vaginal del testículo. Este conducto desaparece al nacer, en los casos en los que esto no ocurre existen más posibilidades de desarrollar la hernia.
LA TOS, ENEMIGA DE LA PARED ABDOMINAL
Las más habituales son las hernias inguinales, adquiridas derivadas de un aumento en la presión abdominal. Así, son más comunes en personas que tosen mucho de forma crónica ya sea debido el tabaquismo, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) u otra enfermedad pulmonar que tenga la tos como síntoma cardinal.
También suelen sufrir la enfermedad los pacientes prostáticos que mantienen en la micción una presión abdominal aumentada y, por último, hay que tener en cuenta un grupo de pacientes de edad avanzada en los que la hernia aparece por el deterioro del sostén abdominal, lo que da lugar a hernias directas por una pérdida de la contención normal.
El tratamiento siempre es quirúrgico, ya que no es posible determinar si la evolución de la hernia puede dar o no complicaciones. Las hernias inguinales pueden sufrir complicaciones, siendo la más grave la estrangulación.
Las complicaciones en las hernias inguinales son consecuencia de la irreductibilidad de la hernia. Así, si no se puede realizar la reducción de las asas intestinales al interior de la cavidad abdominal se puede producir la estrangulación herniaria, lo que no sólo supone una obstrucción mecánica del tránsito intestinal sino una alteración vascular que impide el riego sanguíneo y puede dar lugar a necrosis y complicaciones graves hasta llegar a convertirse en una urgencia vital.
Los síntomas de la estrangulación son vómitos, retención del tránsito intestinal, fiebre e imposibilidad de expulsar heces ni gases. Estas complicaciones graves pueden asociarse a las hernias en el anciano. Así, es el caso de las pequeñas hernias crurales, que se producen a través del orificio crural o femoral, que es por donde los vasos femorales van al miembro inferior.
Estas hernias crurales pueden debutar con una estrangulación, que evoluciona desde un pequeño bulto inicial a una estrangulación herniana en pocas horas, pero esto no es lo habitual, aclara el doctor Capitán.
INTERVENCIÓN SENCILLA Y POSTOPERATORIO CÓMODO
El riesgo de complicaciones varía según la hernia aunque el abordaje actual de las hernias directas e indirectas es la cirugía que se realiza a nivel ambulatorio y con una mínima estancia hospitalaria.
La intervención se denomina hernioplastia y consiste en la colocación de mallas sintéticas. Esta cirugía se realiza con mínimas complicaciones y presenta una tasa de recurrencias muy bajas, además de poco dolor postoperatorio.
"La laparoscopia no aporta avances en este campo pues no mejora la cirugía ya que hay que pasar de la anestesia locorregional a la general y con un costo adicional asociado al material empleado. Aunque la laparoscopia ha supuesto un avance en otros campos no ha sucedido así en lo que se refiere a la hernia inguinal", señala el doctor Capitán.
La prevención no es posible más allá de seguir un tratamiento adecuado en el caso de enfermedades que favorezcan las hernias como la EPOC, el tabaquismo o seguir una buena nutrición que favorezca la tonificación de la pared abdominal. Por otra parte, la hernia en las personas mayores no se puede prevenir ya que deriva de un proceso de envejecimiento que ocasiona defectos en la pared abdominal que en la actualidad no pueden ser evitados.