MADRID 31 May. (EUROPA PRESS) -
Establecer una dieta mediterránea, con equilibro entre féculas, verduras, frutas y una cantidad de proteínas suficientes, realizar una hidratación exhaustiva y hacer movilizaciones pasivas para activar la circulación periférica, además de cambios posturales cuando la persona esta encamada para evitar rigidez y retracciones, mejora la calidad de vida de las personas centenarias.
Asimismo, los expertos recomiendan crear una situación ambiental lo más grata posible, ya sea en su entorno familiar como en su centro residencia, e incluir actividades en su plan de cuidados para promover el bienestar psicológico.
Según subraya la doctora de Sanitas Residencial El Viso, Pilar Soler, es importante que estas personas realicen ejercicios sencillos de cálculo y memoria, vean la televisión o escuchen la radio para mantener una conexión con el mundo, eviten situaciones de aislamiento y fomenten la socialización. "Mantener la mente despierta es una de las partes más valiosas del régimen de cuidados específicos", destaca.
Y es que, cuando una persona llega a centenaria es importante crear un entorno adecuado de tranquilidad y aportarle grandes dosis de afectividad, debido a que estas personas requieren de una vida activa y saludable que incluya un plan de cuidados individualizado que fomente la estimulación física y cognitiva.
Según recuerda Soler, los mayores suelen padecer enfermedades cardiovasculares, osteartrosis, deterioro cognitivo de diversas etiologías o diabetes, que exigen de una atención lo más personalizada posible. Por ello, recuerda que lo "importante" es llevar un ritmo de vida tranquilo, recibir los mejores cuidados físicos y psíquicos y realizar una dieta más completa en todo tipo de nutrientes".
10.273 PERSONAS EN ESPAÑA SUPERAN LOS 100 AÑOS
Alrededor de 10.273 personas en España superan los cien años y, de ellas, el 79,19 por ciento son mujeres y el 20,8 por ciento hombres, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Estos seis años de diferencia en la esperanza de vida se debe a factores hormonales, al estilo de vida y a los hábitos nocivos como el alcohol, el tabaco o las condiciones laborales de cada persona.
Asimismo, la genética es uno de los principales factores para que una persona supere los 100 años aunque también el hecho de convivir en un entorno más o menos saludable son condiciones que influyen directamente en la longevidad de estas personas.
Sin embargo, los cambios sociales y el ritmo de vida han disminuido las posibilidades de que un mayor llegue a esta edad pese a que los avances en medicina y tecnología han compensado esta pérdida en los últimos años.