Las técnicas endovasculares salvan la extremidad de casi todos los pacientes con arteria femoral superficial obstruida

Actualizado: martes, 7 octubre 2014 6:50

MADRID 13 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las técnicas endovasculares salvan la extremidad de casi todos los pacientes con arteria femoral superficial obstruida, según ha mostrado un estudio realizado en el Hospital Universitari Son Espases de Mallorca y presentado en el Congreso Internacional del Capítulo de Cirugía Endovascular, que estos días se está celebrando en Granada.

Se trata de una investigación que ha evaluado los resultados de la revascularización con técnica endovascular (a través de catéter) de las oclusiones de la arteria femoral superficial. En concreto, la arteria femoral comienza en el triángulo femoral, por detrás del ligamento inguinal (normalmente cerca de la cabeza del fémur), donde la arteria ilíaca externa pasa a recibir el nombre de arteria femoral, que recorre en su trayecto inicial la parte anterior del muslo.

Este segmento también recibe el nombre de arteria femoral común, la cual abandona el triángulo femoral a través de un ápice por debajo del músculo sartorio, y emite la arteria femoral profunda, que proporciona sangre al muslo. Tras ramificarse, la femoral profunda pasa a recibir el nombre de arteria femoral superficial, debido a su trayecto superficial, que continúa su trayecto por la parte anterior del muslo, a lo largo del fémur, para proporcionar sangre a las arterias que circundan la rodilla y el pie.

Además, la obstrucción de los troncos arteriales reduce el aporte de oxígeno a los músculos, lo que se manifiesta durante el ejercicio, causando la llamada claudicación intermitente (cojeo), una sensación dolorosa referida como pesadez o calambre de los músculos afectados, que aparece gradualmente durante el ejercicio. No obstante, las molestias desaparecen completamente con el reposo y se presentan de la misma forma cada vez que la extremidad afectada desarrolla el mismo grado de ejercicio. Cuando la obstrucción afecta a la arteria femoral superficial, la claudicación afecta principalmente a la pantorrilla.

Así, de los 53 casos de oclusiones analizados, un 13 por ciento eran claudicantes y un 87 por ciento presentaban isquemia crítica. Al mismo tiempo, se realizaron 24 angioplastias simples, con el fin de restaurar el flujo sanguíneo, obstruido por placas de colesterol y/o trombo, y se colocaron 36 'stents'. La tasa de éxito inicial fue del 98 por ciento y la tasa de salvamento de la extremidad fue del 93,9 por ciento al año y del 88,1 por ciento a los dos años.

ESTUDIO DEL HOSPITAL DE DONOSTIA

Por otra parte, en el Congreso se ha presentado también un estudio realizado en el Hospital de Donostia, firmado también por seis especialistas, el cual ha revisado un total de 112 'stents' carotídeos implantados en 108 pacientes desde enero de 1999 a diciembre de 2012, siendo uno de las investigaciones con mayor muestra y período de seguimiento presentado en el Congreso celebrado en Granada.

Las arterias carótidas son las que se sitúan a cada lado del cuello y llevan la sangre necesaria al cerebro y a la cara. El flujo sanguíneo en esta arteria puede resultar en parte o totalmente bloqueado por material graso llamado placa. Un bloqueo parcial se denomina estenosis (estrechamiento) de la arteria carótida, y puede reducir el suministro sanguíneo al cerebro y se puede presentar un accidente cerebrovascular si este órgano no recibe suficiente sangre.

Ahora bien, hay dos formas de tratar una arteria carótida que esté estrecha o bloqueada. La primera opción es cirugía llamada endarterectomía, que se considera el 'gold standard' en el tratamiento de la estenosis carotídea. Sin embargo, hay pacientes de alto riesgo quirúrgico para los que esta técnica no es segura, y para ellos apareció la alternativa de la angioplastia con colocación de stent (endoprótesis vascular), que se realiza mediante una incisión quirúrgica pequeña.

En este sentido, los resultados del estudio realizado en el Hospital Donostia han mostrado que no hubo mortalidad ni complicaciones cardiacas periprocedimiento y que la supervivencia global a los 6, 12, 24 y 48 meses fue del 97 por ciento, 94,5 por ciento, 91,2 por ciento y 77,6 por ciento respectivamente.

La incidencia del ictus (accidente cerebrovascular) fue del 3,6 por ciento tras trece años de seguimiento y la supervivencia libre de ictus a los 5 y 10 años fue del 98,2 por ciento y 91,2 por ciento respectivamente. Datos que hacen concluir a los autores que el tratamiento con 'stent' carotídeo es seguro y eficaz en la prevención de eventos neurológicos a largo plazo.

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