MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Red de Investigación Cardiovascular (RIC) del Instituto de Salud Carlos III han probado con éxito una nueva técnica que permite identificar y eliminar mediante ablación los focos del corazón donde se inicia la fibrilación auricular, lo que permitiría dejar de tratar "a ciegas" aquellos casos que no se pueden tratar con medicación.
El trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Journal of The American College of Cardiology', se ha basado en el uso de un nuevo 'software' desarrollado por la empresa St.Jude para realizar una ablación "más selectiva y limitada" gracias a un sistema computarizado que permite centrarse únicamente en los puntos de alta frecuencia de las aurículas donde se originan las fibrilaciones.
Un hallazgo que, según ha explicado a Europa Press el profesor Felipe Atienza, coordinador del trabajo, permitiría tratar estos trastornos con la misma eficacia pero reduciendo el riesgo de complicaciones.
"La herramienta nos permite analizar la actividad eléctrica del corazón para identificar mejor dónde se produce la arritmia. Normalmente se queman las zonas más frecuentes pero no las conocemos a ciencia cierta. Es una técnica a ciegas", ha explicado este experto.
La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más frecuente y está provocada por la presencia de latidos cardiacos incoordinados y desorganizados que se originan en las aurículas, lo que ocasiona un ritmo cardíaco rápido e irregular.
PARA CASOS DE FIBRILACIÓN PAROXÍSTICA
En España afecta a alrededor de un millón de personas y, aunque la mayoría de casos pueden tratarse con medicación, en algunos pacientes no es tolerada o hay contraindicaciones y hay que recurrir al uso de catéteres para "quemar" algunas zonas de la aurícula donde se cree que puede estar el origen de estas arritmias. Esto es más común en los casos de fibrilación auricular paroxística, que "no es la más frecuente pero sí en la que más se usa este procedimiento", ha reconocido este experto.
Sin embargo, el uso de esta técnica está limitado por ser muy compleja y laboriosa, al tiempo que "no está exenta de complicaciones como perforaciones, embolias o la aparición de nuevas arritmias".
En el trabajo, que forma parte del proyecto 'Radar', los investigadores probaron el uso de este 'software' en 232 pacientes y se consiguió la misma eficacia al usar la técnica pero la tasa de complicaciones se redujo casi un tercio, del 14 al 5 por ciento.
Pese a esta eficacia, Atienza ha explicado que de momento el uso de esta nueva técnica es restringido ya que es una versión prototipo que debe mejorarse para poder usarse de forma universal. Y si se consigue, avanza que permitiría tratar con ablación más casos de los que se tratan habitualmente.
"De momento son una minoría los que se tratan con ablación, pero con herramientas más eficaces, igual se indica en más pacientes. No es el paso definitivo pero sí es importante", ha defendido.