MADRID 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres con enfermedad renal avanzada que inician diálisis durante el embarazo registran tasas de bebés nacidos vivos superiores a aquellas que ya están en diálisis en el momento de la concepción, según un estudio que se publicará en la próxima edición de 'Clinical Journal of the American Society of Nephrology'.
Durante el embarazo y el parto, las mujeres con enfermedad renal crónica (ERC) tienen un riesgo mucho mayor de sufrir hipertensión y empeoramiento de la enfermedad renal y sus bebés están en mayor riesgo de nacer prematuros y con bajo peso.
A menudo, las mujeres con enfermedad renal crónica están fuertemente desanimadas a quedarse embarazadas debido a esos riesgos, sin embargo , los recientes esfuerzos por proporcionar atención y seguimiento más intensos han mejorado los resultados de estos embarazos de alto riesgo.
Shilpa Jesudason, del Servicio de Trasplantes y Renal del Centro y Norte de Adelaida del Hospital Real de Adelaida, en Australia, y sus colegas investigaron los resultados de los embarazos en mujeres con enfermedad renal crónica avanzada que estaban recibiendo tratamiento crónico de diálisis en Australia y Nueva Zelanda.
En su trabajo, se comparó a las mujeres que concibieron antes de comenzar la diálisis (y luego iniciaron la terapia de diálisis crónica durante el embarazo) con aquellas que concibieron después de comenzar la diálisis crónica. Los autores analizaron los embarazos inscritos en el Registro de Transplante y Diálisis de Australia y Nueva Zelanda Diálisis de 2001-2011, que incluyó 77 embarazos, de los cuales, 53 fueron concebidos cuando las mujeres ya habían comenzado la diálisis y 24, antes de iniciarla.
La tasa de nacidos vivos fue del 73 por ciento, en general, y hubo un 82 por ciento de embarazos que llegaron a las 20 semanas de gestación (el punto medio del embarazo). En comparación con las mujeres que concibieron después de comenzar la diálisis, las que concibieron antes de iniciar el tratamiento tenían una tasa mucho mejor de nacidos vivos (91 por ciento frente a 63 por ciento), pero sus bebés eran similares en peso y edad gestacional.
La diferencia en la tasa de nacidos vivos se debió a mayores ratios de pérdida temprana del embarazo antes de las 20 semanas en mujeres que concibieron mientras se sometían a diálisis. En ambos grupos, los bebés eran propensos a ser prematuros (edad gestacional media de 33,8 semanas) y de bajo peso al nacer (peso medio de 1,75 kilogramos), lo que refleja el alto riesgo de estos embarazos.
Ningún bebé murió en el útero más allá de las 24 semanas de gestación, más del 40 por ciento de los embarazos alcanzó las 34 semanas de gestación (cuando los pulmones de los bebés a menudo puede respiran solos), la prematuridad extrema (nacido antes de las 28 semanas) sólo se observó en el 11,4 por ciento de los embarazos y casi todos los niños sobrevivieron más de 28 días después del nacimiento.
"Podemos concluir que las mujeres con enfermedad renal avanzada que inician diálisis crónica después de la concepción tienen tasas de nacidos vivos superiores a las ya sometidas a diálisis en el momento de la concepción, aunque siguen siendo embarazos de alto riesgo", resumió Jesudason.
Este experto señaló que para una mujer con ERC avanzada, lo idóneo es posponer el embarazo hasta que reciba un trasplante de riñón, pero puede llevar años que la patología sea lo suficientemente grave como para requerir un trasplante y la lista de espera para un donante puede ser muy larga.
"Con estudios como este que demuestran mejores resultados para las mujeres con enfermedad renal crónica que inician diálisis en el embarazo, puede haber un cambio en la forma en que las mujeres reciben asesoramiento sobre el embarazo y la diálisis", concluyó Jesudason.