MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
La tasa de éxito del trasplante de riñón es igual si el órgano tiene una lesión renal aguda (AKI) como si no la tiene, según ha evidenciado un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina Johns Hopkins (Estados Unidos) y que ha sido publicado en la revista 'Kidney International'.
A esta conclusión han llegado tras analizar los registros médicos de 2.430 riñones trasplantados de 1.298 donantes, de los cuales 585 (24 por ciento) tenían una lesión renal aguda. Así, y tras comprobar que las tasa de rechazo o éxito es similar, los expertos no encontraron evidencias de que factores como la cantidad de tiempo que un órgano se enfría y se deja sin suministro de sangre antes del trasplante tengan algún impacto en los resultados del receptor para aquellos que recibieron riñones con AKI.
"Nuestros resultados sugieren que los pacientes que necesitan un trasplante de riñón podrían tener acceso a más riñones, lo que podría acortar los tiempos de la lista de espera de los órganos", ha aseverado el director de la División de Nefrología de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor principal del estudio, Chirag R. Parikh.
AKI afecta a cerca de un tercio de los pacientes en unidades de cuidados intensivos, y suelen desarrollarlo como una complicación que resulta de la disminución del suministro de sangre, la administración de medicamentos para aumentar la presión arterial o la colocación de ventiladores.
"Los médicos se preocupan por los pacientes que desarrollan AKI porque son más propensos a tener consecuencias negativas a largo plazo, como la enfermedad renal crónica o la muerte prematura. No obstante, no está claro si el trasplante de un riñón de un donante con AKI tendría consecuencias similares", ha añadido el investigador.
Ahora bien, los expertos han avisado de que es posible que los riñones AKI de donantes seleccionados para trasplante tengan una serie de factores de riesgo más importantes que los riñones de donantes sin AKI. Además, los riñones de AKI del donante pueden ser menos propensos a ser seleccionados para el trasplante a menos que tengan otras características más favorables, como la edad más joven y la ausencia de otras afecciones crónicas de salud.