MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una nueva tecnología de tomografía computarizada con recuento de fotones supera a la convencional en la detección de daños sutiles en los pulmones de pacientes con síntomas persistentes de COVID-19, según un nuevo estudio publicado en 'Radiology', una revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA). Según los investigadores, esta tecnología podría abrir el camino hacia un tratamiento más temprano y mejores resultados para el creciente número de personas con daños pulmonares relacionados con la COVID.
La TC con detector de recuento de fotones (PCD por su siglas en inglés) ha surgido en la última década como una prometedora herramienta de imagen. Funciona convirtiendo los fotones de los rayos X directamente en una señal eléctrica. Esto evita el paso intermedio de conversión mediante un fotodiodo que se encuentra en los escáneres de TC convencionales que utilizan detectores de integración de energía. El resultado es que se reduce considerablemente la pérdida de energía y de señal en el lugar del detector.
Aunque la TC con PCD aún no está disponible de forma generalizada, ha demostrado ser prometedora en el ámbito de la investigación.
"Estudios anteriores han puesto de manifiesto las ventajas de la TC con PCD en otros campos de la radiología, como las imágenes cardiovasculares y de la cabeza y el cuello, gracias a la altísima resolución, la mejora de la calidad de la imagen y, por consiguiente, la mayor confianza del lector en el diagnóstico", afirma el autor principal del estudio, el doctor Benedikt Heidinger, del Departamento de Imágenes Biomédicas y Terapia Guiada por Imágenes de la Universidad Médica de Viena (Austria).
Heidinger y sus colegas estudiaron el potencial de la TC con PCD como método para obtener imágenes de los pulmones de personas con síntomas persistentes después de la COVID-19. Compararon la TC con PCD con la TC convencional en 20 adultos, con una edad media de 54 años. Los participantes tenían uno o más síntomas persistentes relacionados con la COVID-19, como tos y fatiga.
La TC convencional mostró anomalías pulmonares posteriores a la COVID-19 en 15 de los 20 (75%) participantes. La TC con PCD reveló anomalías pulmonares adicionales en la mitad de los participantes. La anomalía más común encontrada por la TC con PCD fue la bronquiolectasia, un daño en las vías respiratorias que puede causar dificultades para eliminar la mucosidad de los pulmones.
"En nuestro estudio que investiga las anomalías pulmonares en pacientes sintomáticos postCOVID, pudimos detectar sutiles anomalías pulmonares en 10 de 20 participantes utilizando la TC PCD que no se veían en la TC convencional --explica Heidinger--. Además, la TC con PCD tiene potencial en la disminución de la dosis de radiación y en la reducción de artefactos, lo que representa beneficios directos para los pacientes".
La capacidad de la TC con PCD para detectar estas sutiles anomalías pulmonares es especialmente importante, explica Heidinger, porque los pacientes con síntomas persistentes después de la COVID-19 pueden desarrollar un daño pulmonar irreversible conocido como fibrosis pulmonar. La TC convencional es uno de los principales métodos para detectar y diagnosticar la fibrosis pulmonar, pero puede pasar por alto las sutiles anomalías indicativas de la fibrosis en fase inicial.
"El TAC de PCD puede ayudar a identificar antes y con mayor eficacia a los pacientes postCOVID con riesgo de desarrollar fibrosis pulmonar y, con suerte, permitir la asignación de un tratamiento oportuno, como la rehabilitación pulmonar, en el futuro", subraya.
La estimación más precisa de la gravedad de las anomalías pulmonares que ofrece la TC con PCD también podría beneficiar el seguimiento de la enfermedad pulmonar y la evaluación de la respuesta al tratamiento.
"Futuros ensayos que incluyan resultados clínicos como la calidad de vida, las pruebas de función pulmonar y la histología revelarán el verdadero beneficio de esta emocionante nueva tecnología de detección", concluye Heidinger.