BARCELONA 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio internacional en el que participa el Hospital Clínic de Barcelona ha demostrado que los 'stents' de segundo generación, que están recubiertos con un fármaco que impide que vuelva a crecer tejido en las arterias, mejoran la supervivencia de los pacientes con infarto agudo de miocardio.
En el estudio, que ha publicado la revista 'The Lancet', se compara la eficacia de dos tipos de 'stents' o cánulas: el convencional, con uno recubierto de fármaco que impide la formación de tejido nuevo en la arteria.
Los 'stents' son un tipo de mallas tubulares que en cardiología se colocan en arterias u otros vasos sanguíneos para mantenerlos abiertos, y los primeros estaban fabricados con un material metálico --acero inoxidable-- y para dotarlos de mayor flexibilidad se utilizaron diversas aleaciones, mientras que los de nueva generación están recubiertos con fármacos.
El estudio ha hecho seguimiento a 1.500 pacientes con infarto agudo de miocardio, durante cinco años y en 12 hospitales europeos --ocho españoles--, a los que a la mitad se colocó un 'stent' metálico y a la otra el recubierto con un fármaco antiproliferativo e inmunosupresor.
Se trata del primer estudio que demuestra que con los de segunda generación mejoran tanto la supervivencia como la necesidad de repetir la revascularización debido a la reestenosis --que el vaso sanguíneo se vuelve a estrechar--: "Es la primera vez que hemos visto un beneficio clínico de esta magnitud con el cambio de dispositivo", ha remarcado el coordinador del estudio y jefe del Servicio de Cardiología del Clínic, Manel Sabaté.
OTRO ESTUDIO
En otro estudio reciente, liderado por el Servicio de Cardiología del Clínic y publicado en la revista 'European Heart Journal', se ha comparado en 191 pacientes con infarto agudo de miocardio el uso de los 'stents' recubiertos de fármaco con unos nuevos formados por un material biodegradable y el mismo fármaco antiproliferativo.
Este estudio preliminar demuestra que, en un seguimiento de seis meses, lo dos 'stents' proporcionan unos resultados similares, pero la ventaja de los biodegradables es que se reabsorben al cabo de unos meses y permitirían la recuperación de la función arterial.