MADRID, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -
Dejar a los niños equivocarse, no sobreprotegerles, darles responsabilidades acordes a su edad y castigarles de vez en cuando les ayuda a enfrentarse a la vida, según ha asegurado la psiquiatra infantil del Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, Lilia Marinas.
Y es que, tal y como ha alertado la doctora, desde hace unos años se está viendo una tendencia de los padres a sobreproteger a los hijos, impidiendo su autonomía, ya que interpretan que la mejor forma de cuidar a sus hijos es evitarles riesgos y dificultades, pero no se dan cuenta de que así limitan sus posibilidades de desarrollo.
"Los padres se preocupan por el futuro de sus hijos desde edades muy tempranas, fomentando la competitividad y una percepción del mundo laboral inseguro. Al final, con el deseo de darles lo mejor, acaban protegiéndoles de la vida en vez de prepararles para enfrentarse a ella", ha explicado.
De hecho, los niños cuyos padres actúan así no aprenden a ser responsables de su propio bienestar ni de sus actos, porque siempre han obtenido de forma inmediata lo que han pedido. Por eso, tal y como ha informado la experta, no reconocen sus errores, son más inmaduros, a menudo se sienten insatisfechos y pueden reaccionar de forma irritable o agresiva si los demás no atienden a sus demandas.
En cuanto a nivel de aprendizaje, prosigue, el niño puede mostrar menos iniciativa propia y escaso desarrollo de la creatividad, desmotivación por los estudios. Algunos padres se ven tentados a hacer los trabajos de sus hijos para que saquen buenas notas. El mensaje que transmiten es que lo único importante es el resultado, no el esfuerzo", ha asegurado Marinas.
En este sentido, la doctora ha aconsejado ayudarles a hacer los deberes en función de sus capacidades, enseñándoles aspectos como organización, gestión del tiempo y lugar para la realización de las tareas escolares, pero la ayuda irá disminuyendo a medida que el niño adquiera autonomía.
Por otra parte, ha rechazado los grupos de 'Whatsapp' que algunos padres tienen con otros de la clase de sus hijos para mandarse los deberes o, incluso, decir la página que tienen que estudiar. "Esta actitud priva al niño de aprendizajes muy valiosos para un buen rendimiento académico, como la organización, la memoria, la atención, la responsabilidad de hacer los deberes y las consecuencias de no hacerlos", ha aseverado la psiquiatra.
OBLIGACIONES EN CASA
Del mismo modo, la experta ha recomendado asumir responsabilidades lo antes posible, siempre en función de sus capacidades. En general, desde los 2 o 3 años pueden empezar a aprender a comer y vestirse solos. Antes de los 6 ya tienen que ser autónomos en la higiene, vestirse, comer de todo, disfrutar jugando solos y con otros niños, acostarse a la hora acordada y mantener ordenados sus juguetes.
Además, ha destacado la importancia de que los hijos se separen de sus padres de vez en cuando porque "es beneficioso para ambos". "Los padres necesitan tener tiempo para ellos y cuidar la pareja. Al niño le viene bien que sus padres hagan otras cosas además de criarle (trabajar, quedar con amigos), de esta forma, no será tan dependiente de ellos", ha enfatizado.
Finalmente, la doctora se ha referido al hecho de darles o no un móvil, avisando de la importancia de que se establezcan unas normas de uso, dado que pueden no ser capaces de regular el tiempo que dedican. "Es aconsejable pautar unos horarios para usar estos dispositivos y supeditarlo al cumplimiento de tareas. Y, por supuesto, informarles de los riesgos del mal uso de las redes sociales y adecuar el contenido de internet a la edad del menor", ha zanjado.