MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Los estudios sitúan en torno a un 7 por ciento la prevalencia del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en la población infanto-juvenil, lo que significa que 1 de cada 25 niños podría padecerlo, si bien es un trastorno que existe también en los adultos.
El psicólogo y colaborador de la Asociación de Déficit de Atención con Hiperactividad de Guipúzcoa (ADAHIGI), Iker Agirrezabalaga, destaca que los estudios hablan de un 50 a 80 por ciento de prevalencia durante la adolescencia y de un 30-50% en la edad adulta.
Según Agirrezabalaga, en los últimos años se ha producido un aumento de diagnósticos, relacionado con el mayor conocimiento del trastorno por parte de los profesionales y la población en general, "pero es evidente que existe un infradiagnóstico en la infancia y, especialmente, en la edad adulta", matiza.
El psicólogo explica que la principal dificultad para ayudar a los adultos con TDAH es que "no saben que siempre lo han tenido. A menudo, en la edad adulta viene acompañado de otros síntomas o trastornos de salud mental, lo que se denomina la comorbilidad: trastornos de ansiedad, del estado de ánimo, por consumo de sustancias, etc".
Por ello, insiste en que "es necesario detectar la evolución desde la infancia para poder realizar un diagnóstico al respecto y priorizar qué y cómo se va a abordar". En cuanto a los tratamientos, se destaca el apoyo psicológico o psicopedagógico, psicoeducación familiar, ayudas o adaptaciones en la escuela; asimismo, existen tratamientos farmacológicos indicados en los casos moderados o graves.
Arrizabalaga incide en concienciar a la población de que "es un trastorno frecuente que hay que entender y desestigmatizar. No se trata de niños maleducados o que no sirven para estudiar, que sean así no es culpa de los padres ni de nadie. Tenemos que aceptar esta diversidad, aprender y facilitarles estrategias para mejorar sus dificultades". Y añade que "existen muchos adultos que han sido niños con TDAH y llevan una vida plena y feliz".
Respecto a los síntomas, según informa Arrizabalaga se identifican tres grupos de síntomas que, tras descartar otras posibles causas, afectan a la persona en más de un área de su vida:
*Déficit de atención
- No presta atención a los detalles o comete errores por descuido.
- Tiene dificultad para mantener la atención.
- Parece no escuchar.
- Tiene dificultad para seguir las instrucciones hasta el final.
- Tiene dificultad con la organización.
- Evita o le disgustan las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
- Pierde las cosas.
- Se distrae con facilidad.
- Es olvidadizo para las tareas diarias.
* Hiperactividad
- Mueve o retuerce nerviosamente las manos o los pies, o no se puede quedar quieto en una silla.
- Tiene dificultad para permanecer sentado.
- Corre o se trepa de manera excesiva; agitación extrema en los adultos.
- Dificultad para realizar actividades tranquilamente.
- Actúa como si estuviera motorizado; el adulto frecuentemente se siente impulsado por un motor interno.
- Habla en exceso.
- Responde antes de que se le hayan terminado las preguntas.
Dificultad para esperar o tomar turnos.
- Interrumpe o importuna a los demás.
* Impulsividad
- Actúan antes de pensar.
- Precipitan respuestas.
- Dificultades para guardar turnos.
- Interrumpen actividades o conversaciones.
- Dificultades para medir las consecuencias de sus actos.