Los síntomas difusos y la falta de pruebas claras retrasan el diagnóstico de las enfermedades autoinmunes poco comunes

Imagen de recurso enfermedades autoinmunes.
Imagen de recurso enfermedades autoinmunes. - RUBER INTERNACIONAL
Infosalus
Publicado: lunes, 13 octubre 2025 15:13

MADRID 13 Oct. (EUROPA PRESS) -

El médico internista Andrés González García, de la Unidad de Medicina de Familia del Hospital Ruber Internacional, ha señalado que el carácter heterógeneo de las enfermedades autoinmunes de baja prevalencia, con síntomas que pueden confundirse con los de otras patologías, y la falta de biomarcadores concluyentes retrasan el diagnóstico de los pacientes.

De este modo, el especialista ha aseverado que el diagnóstico de este tipo de enfermedades sigue siendo uno de los mayores desafíos de la medicina moderna y ha subrayado la importancia de la experiencia clínica y de un abordaje integral en estos pacientes, ya que el infradignóstico y las demoras impactan directamente en su calidad de vida.

Según ha detallado, los síntomas de estas enfermedades incluyen fiebre, cansancio, erupciones cutáneas, dolor articular o pérdida de peso, que pueden confundirse con cuadros habituales como infecciones y llevar a múltiples consultas médicas sin obtener un resultado claro.

"Esto genera frustración en los pacientes, que sienten que no les encuentran nada. Solo un seguimiento continuado y una mirada global permiten distinguir lo banal de lo grave", ha afirmado el doctor González.

Además, ha advertido que es frecuente que los pacientes reciban diagnósticos parciales o erróneos en fases iniciales, al ser evaluados por diferentes especialistas sin una visión integral, motivo por el que ha indicado que debe pedirse una segunda opinión médica. "No se trata de desconfiar del médico, sino de confirmar que el diagnóstico y el plan terapéutico son los adecuados", ha precisado.

ABORDAJE MULTIDISCIPLINAR

El experto ha insistido en que el abordaje de estas patologías en centros con experiencia, que dispongan de equipos multidisciplinares coordinados, mayor familiaridad con la incertidumbre diagnóstica y acceso a terapias innovadoras puede marcar la diferencia. "La experiencia es tan importante como la tecnología", ha recalcado.

Respecto al tratamiento, ha señalado que la medicina avanza hacia planes individualizados, adaptados a la evolución de cada paciente y combinando fármacos tradicionales, terapias dirigidas y medidas de soporte. En los últimos años, los fármacos biológicos han marcado un punto de inflexión, mejorando la calidad de vida y reduciendo complicaciones.

El especialista de Ruber Internacional ha destacado que el seguimiento estrecho y la monitorización periódica resultan clave para prevenir recaídas o daños irreversibles, así como para acompañar emocionalmente a los pacientes, validando su experiencia y facilitando apoyo psicológico y asociativo.

De cara al futuro, González ha apuntado que los tres grandes retos son acelerar el diagnóstico gracias a biomarcadores e inteligencia artificial (IA), garantizar el acceso equitativo a nuevas terapias y reforzar las redes de referencia entre hospitales expertos; todo ello contando con el paciente para la toma de decisiones clínicas.

Contador