MADRID 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
El mes de septiembre es, por excelencia, de 'nidos vacíos', ya que en ocasiones los hijos marchan de casa, y los padres, después de muchos años, cierran la etapa de crianza desde la convivencia diaria, para volver a encontrarse.
"Desde la neurolingüística proviene la metáfora que los hijos "vuelan" del nido. El síndrome del nido vacío, se refiere a una serie de síntomas físicos y emocionales que se dan en los padres a raíz de la marcha de los hijos de casa", ha señalado la socióloga Alicia Aradilla.
El síndrome del nido vacío se da en familias de distinta clase social, económica y cultural, aunque tradicionalmente se ha relacionado más con madres, que se dedican "principalmente al cuidado de los hijos", y se sufre cuando entran en una etapa de no saber rediseñar su vida, de necesitar ocupar su tiempo.
Además, si se tiene en cuenta algunas reflexiones sociológicas, la descendencia del número de hijos hace que "los padres actuales sean más jóvenes que en generaciones anteriores". Asimismo, el aumento de divorcios de esos hijos provoca una vuelta al nido que acorta la etapa de nido vacío, según la experta.
En el caso por ejemplo que la pareja sean abuelos, "en muchas ocasiones asumen tareas de cuidados y la sensación de nido vacío se disipa considerablemente. En muchos casos esta asunción de tareas es la estrategia que toman algunas parejas como única solución viable a la gestión emocional".
Pero en concreto, hay diferentes estudios que "demuestran que situaciones como ser ama de casa o madre trabajadora, el nivel de estudios o nivel de relaciones sociales o actividades de ocio, influyen débilmente en la autopercepción emocional".
Estas emociones que predominan son "tristeza y añoranza". Sin embargo, el estado emocional "no guarda relación directa con indicadores sociológicos".
¿CÓMO SOLUCIONARLO?
Superar este síndrome pasa por transcender la situación, y sobre todo, pasa por prestar atención a sentir y transformar la emoción. A pesar de que en las conversaciones informales se habla de "tienes que superar las emociones", neurolinguísticamente es una frase, de poca utilidad, más bien lo contrario.
Por ello, la experta ha recomendado realizar dos pasos para superar el síndrome del nido vacío:
1. Normalmente los progenitores tratan de consolarse emocionalmente pensando intencionalmente en los beneficios que la situación aportaa los hijos, con frases del estilo "deben hacer su vida" o deben "vivir su propia experiencia". Por ello, la propuesta es una neurolingüística, basada en preguntas y centrada en uno mismo, por ejemplo: en este momento ¿Qué quiero para mí? ¿Qué sueños aplazados es buen momento para realizar? Es importante preguntarse a uno mismo en lugar de hacer preguntas a la vida.
2. Se debe prestar atención a la pareja, identificar en qué momento y etapa se reencuentran dos personas bien diferentes a las que eran antes de ser padres. En este sentido, la socióloga recomienda odentificar en que momento emocional está la pareja, aceptarlo y transformarlo es clave para fortalecerla y disfrutar del tiempo, recursos y dedicación del uno al otro.
Así como, determinar en qué momento emocional se encuentran pasa de nuevo por revisar su lenguaje, identificarlo y enfocarlo a un lenguaje consciente y amoroso puede ser la gran diferencia entre romper la relación o fortalecerla.
"En conclusión, transcender la situación, conlleva en primer lugar aceptar y transcender la tristeza y añoranza. Como en cada momento crucial de nuestras vidas, nuestras palabras son cruciales, pues ellas nos harán volar hacia nuestros sueños o dejarnos en la frialdad de la ausencia de los hijos", ha concluido.