MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
El uso de un nuevo polímero de silicona para la reparación de fracturas de la columna vertebral permite por primera vez tratar a pacientes oncológicos, paliando los dolores y, al mismo tiempo, disminuyendo "casi a cero" la probabilidad de sufrir fracturas de las vértebras adyacentes.
Así lo ha asegurado este jueves el jefe de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz de Madrid, Francisco Villarejo, con motivo de la celebración del XIII Simposium Internacional 'Nuevos tratamientos y tecnologías en la cirugía de la columna vertebral. Lo bueno, lo feo y lo malo'.
Aunque actualmente sólo hay tres trabajos a nivel mundial que corroboran la eficacia de esta técnica, Villarejo, que ha presentado recientemente otro ensayo en Bruselas, ha aseverado que este nuevo cemento vertebral produce un alivio inmediato y significativo del dolor gracias a que proporciona una "eficaz" estabilización de la columna vertebral.
"Este cemento se introduce por vía percutánea y se mezcla perfectamente con el hueso, confiriéndole una gran elasticidad y evitando así que se originen nuevas fracturas en la zona", ha aseverado el también director del simposium, para recalcar que este nuevo material es hasta 1.500 veces más elástico que los actuales.
Una de las principales ventajas es que se puede usar en pacientes oncológicos que sufren metástasis en la columna vertebral, un fenómeno "muy frecuente" en tumores originarios de mama, próstata y pulmón. De hecho, como consecuencia de la metástasis y de los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos, estos enfermos no eran candidatos a las terapias estabilizadoras convencionales, por lo que tenían que resignarse a sufrir fuertes dolores.
Ahora, según ha señalado Villarejo, con este nuevo material, junto con las técnicas de cirugía mínimamente invasiva, los enfermos pueden paliar los dolores. Además, no sólo sirve para estos pacientes, sino que también puede ser utilizado en cualquier otro que padezca osteoporosis y que haya sufrido una fractura aguda.
"Es inocuo, no presenta reacciones ni rupturas vertebrales. Por tanto, y aunque se necesitan más estudios, con el estudio que hemos realizado en España podemos asegurar que es un procedimiento muy prometedor. La intervención no llega a los 30 minutos y el paciente puede recibir el alta a las 24 horas después de la cirugía", ha afirmado el doctor.
NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ESTENOSIS DE CANAL
Por otra parte, el especialista del servicio de Neurocirugía del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, Marcelo Budke, ha mencionado los beneficios de los nuevos tratamientos para tratar la estenosis de canal, una patología que afecta a ocho de cada diez personas mayores de 70 años.
Esta patología está caracterizada por la reducción del diámetro del conducto por el que discurren la médula espinal y las raíces nerviosas responsables del movimiento del tren inferior del cuerpo, así como del control de esfínteres. El estrechamiento es responsable de muchos dolores lumbares y procesos de ciática y, además, afecta "seriamente" a la calidad de vida de quien la sufre.
En este sentido, Budke ha informado de que la cirugía mínimamente invasiva permite dañar "mucho menos" a los tejidos, requiere un menor tiempo quirúrgico, evita "muchas implantaciones" de tornillos y placas para la fusión lumbar, se hace con dispositivos desmontables que no impiden intervenciones quirúrgicas futuras y, normalmente, no necesita la extracción de tejido o hueso.
"Antes la cirugía era muy agresiva, había que hacer una escisión muy grande, habían muchas complicaciones y la recuperación era de entre dos o a tres meses. Ahora, con las cirugías mínimamente invasivas el daño y el tiempo de recuperación es mucho menor. Además, se puede realizar a pacientes de cualquier edad porque no presenta apenas complicaciones", ha señalado el experto.
PROTOCOLIZAR LAS UNIDADES DE COLUMNA DISMINUYE EL RIESGO DE INFECCIONES
Finalmente, el doctor del servicio de Neurocirugía del Hospital La Paz de Madrid, Fernando Carceller, se ha referido a las infecciones postquirúrgicas de la columna y ha aseverado que cuando las unidades de columna están protocolarizadas se disminuye considerablemente el riesgo de infecciones.
En concreto, una de las más frecuentes es la discitis, una infección del disco intervertebral y de los platillos vertebrales adyacentes que está causada por gérmenes y que puede presentarse a cualquier edad, aunque es más habitual a partir de los 60 años. Esto se suele producir por una complicación directa de las cirugías de columna y su riesgo aumenta en pacientes diabéticos o inmunodeprimidos.
"Debemos ponernos en alerta ante signos como el aumento de la velocidad de sedimentación globular y de la proteína C reactiva. Cuando las radiografías no son demostrativas, es urgente realizar una resonancia magnética, muy sensible y específica. También es indispensable la punción-biopsia discovertebral para identificar el germen cuando los hemocultivos son negativos. Solo en algunos casos se requiere tratamiento quirúrgico para descomprimir, desbridar los tejidos infectados y fijar la columna vertebral con instrumentación", ha explicado.
Por ello, ha destacado la necesidad de que las unidades de cirugía de columna vertebral se empleen "a fondo" para mantener su tasa de discitis ligada a intervenciones sobre el disco por debajo de 0,5 por ciento como indicativo de calidad.