MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El servicio de Neurorehabilitación de Hospitales Nisa ha diseñado, en base a su propia experiencia clínica, un protocolo farmacológico para personas en estado de mínima conciencia o en estado de vigilia sin respuesta.
En concreto, el protocolo se centra en el zolpidem, un fármaco inductor del sueño, que fue administrado de forma accidental en Sudáfrica a un paciente en estado vegetativo persistente en el año 2000, provocándole un efecto paradójico espectacular, que consistió en que el paciente "despertó" y habló, durante las tres horas siguientes a la toma del fármaco.
"Teniendo en cuenta el mal pronóstico neurológico y la cantidad mínima de respuestas que se producen en los pacientes, la relación beneficio/riesgo en la utilización del fármaco, es claramente positiva, con lo cual en nuestros centros decidimos hacer un estudio clínico, que nos diera la base para crear un protocolo farmacológico", ha explicado el neurólogo y director de investigación del servicio, Enrique Noé.
Además, prosigue la coordinadora médica del servicio, Belén Moliner, las respuestas neurológicas que se buscan con la administración de zolpidem son, entre otras cosas, conseguir el seguimiento visual y fijación, ser capaz de discernir entre dos objetos mostrados, responder con giro cefálico ante la pronunciación de su nombre y distinguir en fotografías a sus familiares más allegados.
En este sentido, los expertos han asegurado que los resultados son "exitosos" y, muchos de los pacientes que han iniciado el trabajo con el servicio en dichos estados neurológicos, han logrado superarlos.
Pero todo ello no ha sido solo gracias al zolpidem ya que, como ha puntualizado el director del Servicio de Neurorehabilitación de Hospitales Nisa, Joan Ferri, tratamiento medicamentoso es una herramienta más del equipo multidisciplinar, formado por fisioterapeutas, neuropsicólogos, médicos rehabilitadores, nutricionistas, logopedas y otros muchos profesionales, "y no la única vía".