MADRID 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) ha sido condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a pagar 35.000 euros por la muerte del bebé que esperaban después de que la madre, que se encontraba ya en el término del embarazo, fuera sometida a una prueba diagnóstica en el Hospital Universitario de Getafe, según informó hoy la Asociación El Defensor del Paciente, que se hizo cargo de la representación jurídica de las víctimas.
La sentencia, emitida por la Sección Novena de la Sala de lo Contencioso-administrativo del TSJ de Madrid, establece que hubo conducta omisiva por parte de los servicios médicos del hospital por no realizar más pruebas después de la monitorización efectuada a la demandante el 29 de agosto de 2004. Por la parte demandante se sostenía, además, que los servicios del hospital habían perdido la prueba realizada a la paciente y que podría demostrar la existencia de una patología grave en el feto. La sentencia establece que la existencia de bradicardia en el feto queda probada por la autopsia.
La demandante, Olga Guerrero, acudió al Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Getafe por presentar contracciones, sangrado y posible pérdida de líquido amniótico. En el hospital fue atendiada por el equipo de guardia del Servicio de Ginecología y Obstetricia. La mujer fue sometida a una monitorización que, según el hospital, no se conserva porque los resultados eran absolutamente normales y, posteriormente, fue dada de alta.
Dos días después, el 31 de agosto de 2004, la demandante acudió a su centro de salud para someterse a una exploración. Durante este procedimiento, se descubrió que el feto había fallecido. El informe de la autopsia reveló "signos severos de sufrimiento fetal", de "hipoxia-anoxia" y "aspiración meconial", descartándose cualquier tipo de lesión congénita.
La sentencia del TSJ es la culminación de un largo proceso judicial, durante el cual el caso fue desestimado por silencio administrativo y recurrido nuevamente por la parte demandante.