MADRID 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) ha destacado, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, la reducción del tratamiento de radioterapia para este tipo de tumor de las tres semanas estándar a apenas una semana por la pandemia Covid-19.
"Este cambio ha permitido disminuir el número de visitas necesarias al hospital, así como el posible riesgo de contagios no deseados. Una adaptación al nuevo escenario sanitario, que ha conllevado que la paralización en la realización de pruebas diagnósticas a la población asintomática puede ocasionar un riesgo de retraso en el diagnóstico y en el inicio de los tratamientos, así como un acúmulo de los mismos una vez superada la fase más severa y restrictiva de la pandemia", ha explicado el coordinador del Grupo de Mama de SEOR, Ángel Montero.
En este sentido, el doctor ha informado de que los oncólogos radioterápicos han adoptado esquemas de cinco días de duración para la mayoría de mujeres, de ahí que han permitido reducir la duración de la radioterapia a apenas una semana. Así, ha aludido a la puesta en marcha de esquemas combinados de radioterapia y quimioterapia o radioterapia y hormonoterapia preoperatorios, retrasando el momento de la cirugía en unas circunstancias que no permitían disponer de quirófanos limpios abiertos.
"Otro de los cambios que ha llevado consigo la adaptación a la pandemia ha sido la teleconsulta como una herramienta que permite optimizar el flujo de consultas, especialmente de revisiones tras tratamiento, permitiendo liberar espacio hospitalario seguro para primeras consultas de planificación de tratamiento tras el diagnóstico", ha añadido el experto.
Otro de los asuntos de los que se ocupado el doctor Montero con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama es la investigación. Al respecto, se ha referido a los estudios que, tanto en España como en otros países, están explorando distintas alternativas con radioterapia en cáncer de mama.
Entre estos avances figura la administración de radioterapia limitada exclusivamente a la zona donde asentaba el tumor, la llamada irradiación parcial de la mama, que permite reducir la intensidad y duración del tratamiento. Otro de ellos es la administración de radioterapia durante el acto quirúrgico, inmediatamente después de que el cirujano haya extirpado el tumor como sucede con la radioterapia intraoperatoria.
También ha apuntado a la administración de la radioterapia antes de la cirugía de manera preoperatoria en casos seleccionados, que permite reducir e incluso eliminar el tumor antes de que este sea extirpado, aumentando así las tasas de curación y mejorando el resultado estético final. "Tres opciones que son tan solo una muestra de la enorme potencialidad evolutiva y de desarrollo que tiene la radioterapia en el cáncer de mama", ha matizado Montero.
Dicho esto, el coordinador del Grupo de Mama de SEOR ha manifestado la importancia de la radioterapia como pieza "clave y fundamental" para el mejor tratamiento y la mayor supervivencia del cáncer de mama. "Actualmente, se considera tratamiento estándar del cáncer de mama localizado la realización de una cirugía parcial conservadora de la mama seguida siempre de radioterapia sobre la mama restante, tratamiento este que asocia excelentes resultados a la par que permite conservar la mama, su estética y funcionalidad", ha apostillado.
Finalmente, Montero ha asegurado que la radioterapia actual es "enormemente eficaz, extraordinariamente precisa y segura". Las tasas de curación de este tipo de tumor, ha continuado, han evolucionado de manera muy favorable en las últimas décadas, motivado tanto por los avances en el diagnóstico precoz, que permite tratar tumores en etapas iniciales lo que favorece el resultado final a largo plazo, como por las mejoras observadas en los tratamientos, con una cirugía cada vez más limitada a la enfermedad tumoral y que permite asegurar y preservar los tejidos sanos evitando, en muchos casos, la necesidad de practicar grandes mastectomías o vaciamientos ganglionares axilares extensos que no estaban exentos de efectos secundarios a veces importantes; con una quimioterapia cada vez más individualizada y dirigida a cada tumor.