MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han destacado la urgencia de adoptar los principios de la Declaración de Mérida, que ambas organizaciones suscribieron en 2018 y acaban de actualizar para dar respuesta de forma "adecuada" a las necesidades de las personas con patologías crónicas y promover medidas encaminadas a mejorar su atención.
"A día de hoy, en 2023, la atención a las personas con patologías crónicas sigue siendo un tema prioritario y sigue sin ser suficientemente bien abordado en el conjunto del sistema sanitario", han destacado ambas organizaciones, por lo que instan al Gobierno y a las comunidades autónomas a tomar ya cartas en el asunto de manera "urgente" para abordar la "epidemia de la cronicidad" con garantías, entender "las necesidades" de las personas que viven con estas patologías y "mejorar su atención".
En los 11 puntos clave de la Declaración, ahora actualizada, se recuerda la necesidad de reorientar el modelo asistencial actual, centrado en la patología aguda, para enfocarlo hacia un nuevo modelo de atención a pacientes crónicos, que debe ser holístico y basado en la atención integral, garantizando la continuidad asistencial y evitando la fragmentación en la atención.
También se afirma que urge avanzar hacia un modelo "centrado en el paciente y su entorno, que tenga en cuenta sus preferencias necesidades y valores", y que la atención a los pacientes crónicos con pluripatología se realice de "forma integrada y coordinada entre los distintos niveles asistenciales", garantizándose la atención multi e interdisciplinar entre los distintos niveles asistenciales.
Dicha Declaración reconoce asimismo el papel clave de los médicos internistas y de familia, como especialistas generalistas y transversales, en la atención a las personas con patologías crónicas y también que se hace necesario avanzar hacia un modelo basado en la toma de decisiones compartidas y centrado en el paciente, en el que cada persona disponga de un plan personal, único e individualizado de sus patologías.
También se menciona que se deben promover las prácticas de "alto valor" y evitar aquellas que promuevan el "sobrediagnóstico o sobretratamiento" y el impulso de campañas y estrategias poblacionales de prevención coste-efectivas. Además, se pone el acento en que la perspectiva de género debe formar parte integral de los programas de educación y de promoción de la salud, se reconoce el papel clave que debe desempeñar la hospitalización a domicilio y las Unidades de Cuidados Paliativos, la telemedicina, la telemonitorización de patologías crónicas y el uso de dispositivos digitales y la importancia de implicar al paciente en su autocuidado y en la mejora de la adherencia terapéutica.
Por último, en el texto se reitera que es "imprescindible" reforzar la visión integral y holística de atención a la cronicidad en la formación de grado y postgrado en las universidades, liderada por profesionales tanto de medicina de familia como de medicina interna y que la sostenibilidad del modelo pasa por la continuidad asistencial y la conciliación de cuidados y necesidades.