MADRID 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
La seguridad y la formación en el uso adecuado de los dispositivos médicos son pilares fundamentales en la atención, según han puesto de manifiesto durante el 12º Congreso de la Asociación Nacional de Enfermería Coordinadora de Recursos Materiales (ANECORM), en concreto en la mesa redonda 'Marco europeo de seguridad y calidad de los productos sanitarios: armonizar la innovación con la prevención de la salud'.
En este encuentro, en la que Reyes Andriá, supervisora de sistemas de gestión de BD en España, ha expuesto la importancia del control de calidad y la gestión de riesgos en la industria de la tecnología sanitaria.
El objetivo de los protocolos de seguridad que se ponen en marcha en la fabricación de productos sanitarios pasa, en primer lugar, porque los procesos se lleven a cabo en condiciones óptimas. La realización de controles con muestras a lo largo de todo el proceso garantiza aspectos muy relevantes en este ámbito, como que a un paciente se le administre la dosis exacta que necesita y no otra.
"Existen múltiples controles, que responden a otras necesidades, como la comprobación de la integridad de los productos o los controles de esterilidad, todos ellos orientados a que los productos cumplan todas las especificaciones previstas", destacan desde BD.
"La cultura de la seguridad está detrás de toda la actividad de BD, explica Lourdes López Jiménez, directora general de BD en España y Portugal, "y ello abarca desde los procesos de fabricación de los productos hasta la seguridad de nuestros empleados, de los profesionales sanitarios y, por supuesto, de los pacientes, los principales beneficiarios de nuestros productos y equipamientos", añade.
En el caso concreto de la fabricación, continua, "en BD existen multitud de controles intrínsecos a los procedimientos, que deben cumplirse siempre, incluso cuando se realiza la adaptación de productos para un tratamiento determinado: asegurar que el producto es apropiado para su uso con todas las garantías es imprescindible".
En el proceso de fabricación existen diferentes aspectos a tener en cuenta, como los análisis de riesgo, a través de diferentes herramientas, que permiten evaluar en cada fase dónde va a haber riesgo para tener en cuenta medidas de contingencia que, de no existir, hay que crearlas.
"Pero uno de los aspectos más destacados -por lo que aporta en la mejora de los procesos- es el feedback del profesional que utiliza el producto con respecto a su uso. Las observaciones de las personas que emplean los productos proporcionan información muy útil para poder realizar mejoras en los procedimientos y facilitar así los tratamientos", señalan desde la compañía.
Asimismo, tan importante como disponer de un producto adecuado, y con todas las garantías, es saber utilizarlo correctamente y conocer los riesgos de una utilización incorrecta, sobre todo en dispositivos con cierta complejidad. En este sentido, concluyen, "es fundamental la formación de los profesionales en su uso, puesto que las prácticas inadecuadas pueden además poner en riesgo la funcionalidad del producto".