ROMA 24 (EUROPA PRESS)
El jefe de la delegación vaticana ante la LXV Asamblea Mundial de la Salud que se celebra del 21 al 26 de mayo en Ginebra, Suiza, el arzobispo Zygmunt Zimowski, ha mostrado el apoyo de la Santa Sede a la Resolución 'WHA64.9' sobre 'Estructuras de financiación sostenible de la salud y cobertura universal', que urge a los Estados miembros a hacer accesible el cuidado de la salud a todos los ciudadanos con equidad y solidaridad.
Zimowski ha recordado que el Papa Benedicto XVI ha señalado que "es importante instaurar, también en el campo de la salud, una verdadera justicia distributiva que garantice a todos, sobre la base de las necesidades objetivas, cuidados adecuados" y que "el mundo de la salud no puede sustraerse de las reglas morales que deben gobernarlo para que no se haga inhumano".
El jefe de la delegación de la Santa Sede ha señalado que diversos países con economías emergentes se están acercando a la cobertura universal de los servicios de salud, gracias a buenas políticas que promueven la equidad. Por ello, ha resaltado la importancia de la promoción de "valores fundamentales como la equidad, los derechos humanos y la justicia social sean objetivos explícitos de la política" en la promoción de la cobertura universal.
Asimismo, ha hecho un llamamiento en favor de una mayor solidaridad de los países ricos hacia las naciones menos favorecidas, a fin de que estas últimas puedan desarrollar sistemas asistenciales. En este punto, ha citado la encíclica 'Caritas in veritate', en la que Benedicto XVI afirma que "los estados económicamente más desarrollados deberían hacer lo posible por destinar mayores porcentajes de su producto interior bruto para ayudas al desarrollo, respetando los compromisos que se han tomado en el ámbito de la comunidad internacional".
Durante su intervención, Zimowski ha señalado que "el esfuerzo hacia la cobertura universal en materia de salud no puede ser tan solo obra del Estado, sino que la contribución de la sociedad civil es indispensable".
En esta línea, ha indicado que más de 120.000 instituciones para el cuidado de la salud inspiradas por la caridad son patrocinadas por la Iglesia en todo el mundo. Así, ha resaltado que "la Iglesia católica en muchos países en vías de desarrollo proporciona servicios en áreas remotas a poblaciones rurales de rentas bajas, permitiéndoles así acceder a servicios que de otro modo estarían fuera de su alcance".