MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio revela que al aprovechar el ciclo hormonal propio de la futura madre se obtienen mayores tasas de embarazo en los ciclos de fecundación 'in vitro' (FIV) con óvulos de donante, al tiempo que tiene menos riesgos para la madre.
La investigación, realizada por Fertilab Barcelona, ha sido presentada en el marco del congreso anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) celebrado en Copenhague durante esta semana.
En concreto, el estudio ha analizado los resultados de un total de 797 ciclos con transferencias de un solo embrión por ciclo natural. El hallazgo clave revela que la tasa de parto en embarazos asistidos de ovodonación utilizando el protocolo natural de preparación uterina es del 47 por ciento, en comparación con el 38 por ciento del protocolo artificial, presentando además tasas más bajas de aborto espontáneo o de embarazo gemelar y teniendo menos riesgos para la salud de la madre.
La reproducción asistida en ciclo natural es un procedimiento que requiere un seguimiento personalizado del ciclo ovárico (para encontrar el momento ideal de descarga ovulatoria) y es una alternativa a los procedimientos que requieren medicación hormonal y que presentan mayores riesgos obstétricos.
"Al elegir los protocolos de preparación endometrial para las receptoras de óvulos, debemos considerar la seguridad y los costos de la medicación, la tasa de cancelación del ciclo, así como los riesgos maternos y fetales. En nuestra investigación hemos podido comprobar que, al respetar el ciclo natural, conseguimos una tasa más alta de embarazos y nacidos vivos por ciclo, evitamos complicaciones y riesgos e incluyendo también una visión de género al hacer que el proceso sea menos invasivo y que la experiencia se viva de una forma menos estresante", ha explicado la directora médica de FERTILAB Barcelona, Federica Moffa, quien ha liderado el estudio.
Para la investigadora, este método es más efectivo al actuar "durante el ciclo natural, cuando la mujer posee un cuerpo lúteo, que es lo que queda del folículo después de la ovulación. Dicho cuerpo lúteo produce factores que ayudan a la implantación del embrión, por lo que, si el procedimiento se lleva a cabo mediante un método artificial, el organismo de la mujer no tiene esta capacidad de producir factores naturales necesarios para una correcta implantación embrionaria".
Según explican los investigadores, la principal razón por la cual los profesionales han pautado tradicionalmente un ciclo artificial en lugar de uno natural en las receptoras de óvulos era para conseguir la sincronización con el ciclo de la donante.
También ha sido relevante la priorización de la comodidad organizacional de las clínicas o hospitales, que en muchos casos al tener que gestionar volúmenes más elevados de pacientes, viéndose obligados a planificar sus procesos médicos y operativa, no siendo la estrategia más respetuosa con los ciclos fisiológicos naturales de la mujer. Con un ciclo artificial de preparación endometrial, los resultados son más predecibles, se requieren menos controles y se pueden planificar mejor las fechas para la implantación del embrión.
En cambio, con el ciclo natural, "el cuerpo de la mujer toma el protagonismo, lo que requiere más controles, la transferencia del embrión es menos programable y, a su vez, es necesario un mayor esfuerzo en personalización. Este hecho dificulta que algunas clínicas o centros hospitalarios con gran volumen de pacientes lo puedan aplicar", ha asegurado Moffa.