SANTA CRUZ DE TENERIFE 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
El reflujo gastroesofágico (RGE) puede afectar al 50 por ciento de los lactantes en los primeros meses de vida, pues se trata de un trastorno muy frecuente en la infancia y es uno de los motivos principales de consulta en Atención Primaria.
La doctora Carmen Rosa Rodríguez, pediatra de Atención Primaria y presidenta de APApCanarias, señala que el reflujo gastroesofágico se produce por una inmadurez del aparato digestivo y una alteración en su funcionamiento que es normal en los primeros meses de vida. De hecho, ha indicado que es muy común que todos los niños en sus primeros meses padezcan este trastorno en mayor o menor intensidad.
La pediatra comentó que lo más frecuente es que el reflujo ocurra en los cuatro primeros meses de vida del niño, y aclaró que es un trastorno transitorio que suele mejorar hacia los 12 ó 18 meses de edad. No obstante, en población pediátrica pueden detectarse prevalencias desde el 2 hasta el 8 por ciento, matiza la especialista.
La prematuridad, la obesidad, ciertos problemas neurológicos y algunas patologías respiratorias pueden provocar la aparición de reflujo gastroesofágico. En este sentido, la lactancia materna puede servir de ayuda para disminuir este trastorno.
Además, evitar la obesidad es una de las formas de prevenir el reflujo en niños más mayores, por lo que los expertos recomiendan que durante la etapa infantil la dieta sea baja en chocolate, grasas y picantes.
La doctora García recomienda evitar las posturas de semisentado y sólo si el niño está despierto y vigilado, los padres pueden tumbarle sobre su lateral izquierdo. Además, es aconsejable controlar las tomas evitando volúmenes elevados y, en ocasiones especiales, introducir algún cambio en la alimentación que siempre deberá ser supervisado y pautado por su pediatra.
"Lo habitual es que el reflujo sea un proceso transitorio, benigno, por inmadurez y ocurra en niños regurgitadores, pero felices", explica la pediatra.
Los padres deben sospechar enfermedad por reflujo y consultar si ven afectada la calidad de vida del niño o si éste no presenta un desarrollo adecuado para su edad. "Siempre deberán comentarlo con su pediatra, porque además, los síntomas sugestivos de RGE en niños pequeños a veces se superponen con síntomas de otras enfermedades como la alergia a proteínas de leche de vaca", subraya la doctora García.
FORO COMÚN DONDE LOS PEDIATRAS Y ENFERMEROS
Éste será uno de los temas principales que se tratará el sábado en Santa Cruz de Tenerife en las II Jornadas Conjuntas de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Canarias y la Sociedad Canaria de Pediatría Extrahospitalaria, que contarán con la asistencia de cerca de 150 pediatras de AP, que también abordarán el manejo del parto inminente extrahospitalario y la actualización en el manejo de heridas en pediatría.
La doctora ha explicado que la idea es crear un foro común donde los pediatras y enfermeros pediátricos que desarrollan su tarea profesional en Atención Primaria y en el ámbito extrahospitalario puedan abordar aspectos científicos propios de la práctica clínica diaria.
Según la doctora Rodríguez, "en esta etapa que vivimos, en la que la formación continuada institucional es muy escasa, este tipo de actividades cobran un valor importante en la actividad del pediatra", pues la profesión de médico "necesita de una continua puesta al día en conocimientos para poder ejercer la profesión con una eficacia óptima".
La pediatra añadió que la presión asistencial y el aumento de las listas de espera en las pruebas complementarias "obligan al facultativo a utilizar de forma óptima sus conocimientos en el poco tiempo de que dispone para poder prestar un servicio de calidad", de ahí que considera estos cursos "fundamentales".