MADRID 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los recursos sociosanitarios existentes no consiguen dar respuesta a la nueva realidad, cada vez más creciente, de los trastornos de la personalidad, aunque sí cubren el "trastorno mental grave clásico, es decir, el trastorno del espectro psicótico", según ha señalado el psicólogo clínico y coordinador facultativo del área de Salud Mental del Centro San Juan (CSJD) de Dios de Ciempozuelos, Juan Jesús Muñoz, durante la X Jornada de Unidades de Cuidados Psiquiátricos Prolongados (UCPP) celebrada en el CSJD.
Los expertos han hecho hincapié en que la realidad es que los trastornos de la personalidad y otras afecciones como los trastornos de la conducta alimentaria resistentes al tratamiento, son patologías crecientes y que suponen un motivo de preocupación para los recursos y profesionales del sistema sociosanitario.
La coordinadora del área de Planificación, Calidad y Evaluación de la Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental y Adicciones, Beatriz Baón, ha centrado su intervención en reconocer el trabajo desarrollado desde las UCPP en estos años, así como el valor que supone estas Jornadas para el desarrollo y avance de las UCPP en la Comunidad de Madrid.
"Quiero apoyar la divulgación en la red de atención a las personas con problemas de Salud Mental de los conocimientos generados por los profesionales que trabajan en las UCPP, además de mostrar la intención de la Oficina Regional de Salud Mental de tomar nota de las ideas y propuestas que se generen para la mejora de la atención de las personas atendidas en las UCPP", ha señalado.
Las Unidades de Cuidados Psiquiátricos Prolongados (UCPP) son dispositivos destinados al abordaje del trastorno mental grave y duradero.
La existencia de estos dispositivos está vinculada a la necesidad de aportar un contexto terapéutico a las personas que, por sus alteraciones y/o trastornos mentales, tienen dificultades para desenvolverse en el medio comunitario convencional. A partir de ahí, la UCPP aporta un entorno semiestructurado en el que desarrollar un tratamiento psicosocial dirigido a reintegrar en la sociedad a la persona afectada por una enfermedad mental grave y duradera y/o, en su defecto, aportar un entorno lo más normalizado posible que garantice una calidad de vida óptima.