MADRID 31 May. (EUROPA PRESS) -
El Grupo de Trabajo en Enfermedad Inflamatoria Intestinal (GETECCU) está trabajando en la acreditación de unidades de referencia de estas patologías en España que incluyan consultas monográficas para pacientes con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn ya que, como asegura su presidente, el doctor Joaquín Hinojosa, "existe una gran necesidad de llevar a cabo un manejo integral e interdisciplinar de estos pacientes".
Según ha destacado este experto, que ha participado este pasado sábado en Palma de Mallorca en una sesión de trabajo con la Confederación de Asociaciones de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU), el Grupo Enfermero de Trabajo en EII (GETEII) y la Fundación Española de Crohn y Colitis Ulcerosa (FECCU), "disponer de estas consultas monográficas es fundamental".
Por ello, el Grupo de Trabajo ya se ha puesto en marcha la realización de un documento para saber cómo construir estas consultas y quiénes pueden asumir denominarse de ese modo, "esperamos que el proyecto esté finalizado a fines de 2011", ha reconocido.
Igualmente, GETECCU ha puesto en marcha la creación de una Academia de las Enfermedades Inflamatorias Crónicas Intestinales (EICI), que se trata de una entidad de divulgación para "aumentar el conocimiento que la sociedad en su conjunto debe tener para que se haga el caso necesario a estos enfermos".
En este encuentro, han destacado la poca fiabilidad de la información que se puede obtener sobre la enfermedad en Internet ya que "nueve de cada diez páginas no sirven, algunas no son entendibles y otras dan información directamente falsa".
"Tenemos que tener en cuenta que los charlatanes abundan en Internet y que no hay alternativas a la Medicina, puede haber medicina buena o mala, pero no hay otras alternativa", añade Fernando Gomollón, vicepresidente de GETECCU.
Las ayudas sociales y las peticiones de invalidez e incapacidad también preocupan a los pacientes ya que, como ha explicado el doctor Xavier Calvet, del Hospital de Sabadell de Barcelona, estas peticiones se hacen por vía administrativa, así que dependen mucho de cada autonomía.
"Son los jueces los que valoran, más desde el sentido común que desde el punto de vista médico, la discapacidad de la persona, basándose en su imposibilidad para realizar su trabajo concreto. Se tiene en cuenta el conjunto de las enfermedades que tenga el paciente, no solo la EII", explica.
Así, basan sus decisiones en la existencia de ostomías, incontinencias, dolores abdominales o número de diarreas, aunque "los informes siempre tienen que reflejar cómo los síntomas afectan al trabajo concreto que desarrolla esa persona".