Los recién nacidos con trisomía 13 o 18 se benefician de la cirugía cardiaca

Recién nacido. Madre con su bebé. Maternidad.
MSD
Actualizado: miércoles, 18 octubre 2017 7:16

   MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -

   La cirugía cardiaca disminuye significativamente la mortalidad hospitalaria entre los bebés con cualquiera de dos trastornos genéticos que causan discapacidades físicas e intelectuales severas, según un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y la Universidad de Arkansas para Ciencias Médicas, en Estados Unidos. La trisomía 13 y 18, que resulta de tener cromosomas adicionales, a menudo causan defectos cardiacos y los bebés con las enfermedades generalmente mueren dentro de su primer año. Muchos mueren en semanas o a los días de haber nacido.

   Debido a la corta esperanza de vida de estos bebés, sus trastornos cardiacos a menudo se tratan con atención médica estándar (medicamentos para la presión arterial, ventiladores y líquidos intravenosos), pero no cirugía. Muchos hospitales rara vez dan a los padres la opción de una cirugía para su hijo. "El pensamiento ha sido que no tiene sentido realizar una cirugía cardiaca mayor si la muerte del paciente en unos pocos meses es casi segura", señala el autor principal, Thomas Collins, profesor asociado clínico de Cardiología Pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

   Pero Collins y sus coautores en la Universidad de Arkansas para las Ciencias Médicas analizaron los resultados de 100 bebés con trisomía 13 o 18 que habían recibido cirugía cardiaca y registraron los impactos en la salud. Lo que encontraron fue que los pacientes sometidos a cirugía cardiaca tuvieron una disminución significativa de la mortalidad y que el impacto duró los siguientes dos años. "Pensamos que no mostraríamos ninguna diferencia en la supervivencia, pero resulta que hay una significativa", afirma Collins.

   Los investigadores, cuyo trabajo se publica este martes en la edición digital de 'Pediatrics', encontraron que la cirugía cardiaca aumentó la supervivencia y el alta hospitalaria un promedio de 33 por ciento en aproximadamente el 67 por ciento para los pacientes, y que este beneficio duró dos años de seguimiento. "Cuando analizamos las curvas de supervivencia, los datos hablaron por sí mismos --apunta Collins--. Especialmente para la trisomía 18, el número de bebés que sobreviven más que se duplicó después de la cirugía".

   Collins señala que su objetivo es desafiar la narrativa que rodea a estas dos patologías, al igual que la historia de la trisomía 21, o el síndrome de Down, ha cambiado en los últimos 40 años. Los científicos no están seguros de por qué las trisomías 13 y 18 están asociadas con tasas más altas de cardiopatías congénitas que la trisomía 21, y por qué las tasas de mortalidad de los pacientes son mucho más altas.

   Sin embargo, Collins está seguro de que los pacientes con trisomía 13 y 18 tienen muchos más problemas neurológicos y de desarrollo que aquellos con síndrome de Down, y no sorprende las actitudes de los hospitales de que la cirugía se considere un gran riesgo para los pacientes con baja probabilidad de supervivencia de todas formas. Aun así, sospecha que los resultados de este estudio podrían cambiar el paradigma de cómo se trata a los bebés con trisomía 13 y 18.

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