VALENCIA 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
La reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediata, realizada por un testigo presencial, multiplica por tres las posibilidades de supervivencia, según ha indicado en un comunicado el Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre de Valencia que todos los años imparte formación sanitaria de los voluntarios que prestan su colaboración en las pruebas más importantes de running en Valencia.
Cada año, más de 30.000 personas fallecen en España por parada cardíaca fuera de un centro hospitalario, a causa de un infarto agudo de miocardio que, en algunas ocasiones, en su fase inicial, provoca una fibrilación ventricular que altera el ritmo del corazón, que precisa de un choque eléctrico para resolverse.
"Con la RCP estamos supliendo esta función que el corazón ha interrumpido; de no realizarse, la persona que lo sufre muy probablemente fallecerá en unos minutos; hay que ganar tiempo hasta la llegada de la ayuda médica", ha explicado el intensivista del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre, Rafael Faus.
Los tres minutos posteriores al colapso por una parada cardiaca son cruciales, no sólo ya en el desenlace, también en la calidad de vida de la persona que sobrevive. "Las posibilidades de recuperación son mucho mayores en personas que han recibido RCP de forma inmediata. Pero además, con ésta evitamos el daño neurológico, que sin duda supone un menoscabo importantísimo en la calidad de vida de quien sobrevive", según Faus.
APRENDER A REANIMAR
Ante una situación de parada cardiaca hay que comprobar si la persona está consciente y si tiene una respiración normal. En caso negativo es necesario llamar inmediatamente, incluso en caso de duda, al 112. Inmediatamente después se debe empezar la RCP ininterrumpida hasta que llegue la ayuda médica.
Para ello se debe situar a la víctima estirada boca arriba sobre el suelo u otra superficie dura y, arrodillados al lado de su pecho, se apoyará el talón de una mano sobre el centro del pecho y la otra se colocará sobre la anterior con los dedos entrelazados y manteniendo los brazos estirados. De este modo se empezarán las compresiones, con las que se tiene que deprimir el pecho unos 5 centímetros, con un ritmo de 100 compresiones por minuto.
Un truco, según el intensivista del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre, Pablo Geffner, es "realizarlas al ritmo de la canción Macarena (Los del Río) o Staying alive (Bee Gees)".
En contra de la creencia popular de que la reanimación debe ir acompañada inexorablemente de ventilaciones (insuflar aire por la boca), lo cierto es que, según los especialistas, lo "realmente importante" es no interrumpir las compresiones torácicas; y si se puede y se sabe, se ventila.
Así pues, en caso de primeros testigos instruidos en RCP, tras 30 compresiones, se debe inclinar levemente la cabeza de la víctima hacia atrás desde la barbilla, para "sellar entonces su boca con la nuestra, tapar la nariz y soplar suavemente hasta ver que el pecho sube". Tras dos ventilaciones consecutivas se debe retomar de inmediato las compresiones, que deben interrumpirse el mínimo tiempo posible. Esta secuencia de 30 compresiones y 2 ventilaciones se debe mantener ininterrumpidamente hasta la llegada de la ayuda médica.