SANTANDER 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Sanidad, María Luisa Real, se ha reunido con la presidenta de la Asociación Profesional Cántabra de Terapia Ocupacional (APCANTO), Ruth Cruz, quien ha expuesto los objetivos e inquietudes de los profesionales a quienes representa esta asociación. Por su parte, Real ha expresado su deseo de que aumente el número de plazas en el Servicio Cántabro de Salud (SCS).
A lo largo del encuentro, en el que también han participado otras terapeutas asociadas a APCANTO, se han repasado las funciones para los que estos profesionales están formados, tanto sanitarias como sociales, así como los diversos campos en los que las pueden ejercer, informa el Gobierno.
La delimitación de la figura del terapeuta ocupacional, y más concretamente dentro del sistema sanitario, es, precisamente, uno de los objetivos que han expuesto a la consejera.
A su juicio, sería "deseable" una ampliación del número de plazas que existen en la actualidad en el servicio Cántabro de Salud, dentro del cual ocho terapeutas ocupacionales reparten su actividad entre los ámbitos de psiquiatría, geriatría y rehabilitación.
Real, a quien también has trasladado su deseo de esta profesión vaya teniendo más visibilidad, ha garantizado a las representantes de APCANTO que la categoría profesional de terapeuta ocupacional goza del "total reconocimiento de sus funciones e importancia dentro del sistema sanitario".
La Terapia Ocupacional es una profesión sanitaria regulada por la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias, que establece que es al terapeuta ocupacional "a quien corresponde la aplicación de técnicas y la realización de actividades de carácter ocupacional que tiendan a potenciar o suplir funciones físicas o psíquicas disminuidas o perdidas, y a orientar y estimular el desarrollo de tales funciones".
Así, a través de la valoración de las capacidades y problemas motores, sensoriales, cognitivos y sociales del individuo, este profesional interviene con un adecuado tratamiento para que alcance el mayor grado de autonomía posible en su vida diaria.
Contribuye también a la prevención de la enfermedad, el mantenimiento de la salud, la restauración de la función, la adaptación a las condiciones de discapacidad y la reincorporación social y productiva.