La radiología intervencionista reduce los riesgos de la cirugía tradicional en el tratamiento de nódulos tiroideos

Imagen de una ecografía de nódulos tiroideos.
Imagen de una ecografía de nódulos tiroideos. - SERVEI
Publicado: viernes, 24 mayo 2024 14:17

MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -

El doctor José Luis del Cura, miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), ha defendido el papel de las nuevas técnicas de radiología vascular e intervencionista, que permiten tratar estos nódulos tiroideos sin cirugía, reduciendo a la mínima expresión los riesgos y acelerando la recuperación de los pacientes.

Los nódulos tiroideos son resultado del crecimiento anómalo de las células tiroideas, lo que da lugar a la aparición de unos bultos de tamaños variables (nódulos) en la glándula tiroides que pueden dar síntomas como trastornos en la deglución por compresión del esófago, cambios en la voz o la presencia de una masa palpable, visible y frecuentemente antiestética en la zona del cuello.

La mayoría de estos nódulos (alrededor del 90%) son benignos, su presencia aumenta con la edad y son más habituales en las mujeres debido a la mayor prevalencia de enfermedades autoinmunes, la exposición a estrógenos y al aumento de las necesidades de yodo durante la gestación.

La carencia de yodo en la dieta, precisamente, es la causa fundamental para el desarrollo de los nódulos tiroideos benignos. Eso explica, según Del Cura, que actualmente, con un acceso a una dieta más variada y la presencia de suplementos de yodo en la sal, "los grandes nódulos tiroideos que se veían hace años hayan desaparecido". No obstante, señala el jefe de Servicio de Radiología del Hospital Universitario Donostia, se calcula que en países como España alrededor del 6 por ciento de la población sigue presentando nódulos tiroideos.

"Probablemente la incidencia real de los nódulos tiroideos ha disminuido a lo largo del último siglo, pero en la práctica clínica la incidencia de los nódulos tiroideos ha aumentado enormemente. Esa paradoja se debe a la aparición de medios diagnósticos eficaces y accesibles, en concreto la ecografía, que permite diagnosticar nódulos tiroideos de pequeño tamaño mucho antes de que sean clínicamente evidentes", ha argumentado el experto.

El tratamiento tradicional de estos nódulos tiroideos benignos ha sido la cirugía (más o menos conservadora dependiendo del tamaño de los nódulos o de su naturaleza). Según Del Cura, este tratamiento presenta una serie de inconvenientes. Entre ellos, que puede causar hipotiroidismo, producir hipoparatirioidismo (una afección por la que el cuerpo produce niveles anormalmente bajos de hormona paratiroidea) o dar lugar a la lesión del nervio recurrente laríngeo, una lesión que se traduce en una afonía permanente por parálisis de una de las cuerdas vocales.

A este tratamiento, explica el portavoz de la SERVEI, se han sumado en los últimos años la ablación tiroidea. Esta técnica de radiología vascular e intervencionista reduce a la mínima expresión estos riesgos y acelera la recuperación de los pacientes, ya que se trata de "intervenciones ambulatorias cortas (apenas entre 30 y 60 minutos), que no requieren incisiones ni anestesia general, y que permiten dar de alta al paciente en unas pocas horas".

Esta técnica se usa en los nódulos tiroideos sólidos (los más habituales). Mediante la punción con una aguja conectada a un generador de radiofrecuencia o microondas y guiada por ecografía consigue la necrosis del nódulo, lo que lleva a reducir paulatinamente el tamaño y los síntomas del nódulo.

"Se suele conseguir una reducción del volumen de alrededor del 75-80 por ciento a los tres meses y de un 90 por ciento al año con un riesgo de complicaciones mínimo (1%). Por eso las guías ya consideran en estos casos a la ablación como una alternativa en pie de igualdad con la cirugía", ha explicado el experto.

En el caso de los quistes tiroideos, que son nódulos siempre benignos formados por líquido, la esclerosis con alcohol es ya el tratamiento de primera elección. Esta técnica, ilustra José Luis del Cura, "consiste en la aspiración del líquido y la inyección de alcohol en la cavidad residual, lo que permite hacer desaparecer los quistes, incluso los de tamaño relativamente grande, con gran eficacia".

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