MADRID 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Radiología es "clave" en el diagnóstico precoz de los tumores óseos malignos más frecuentes en la edad pediátrica, según la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).
En concreto, señalan que la radiografía simple es "fundamental" como primera prueba de imagen a realizar para la detección de lesiones óseas. Permite detectar lesiones líticas o blásticas, sus características radiológicas y la presencia de reacción perióstica, determinando con estos datos la agresividad de la lesión. La resonancia magnética (RM), por su parte, es "fundamental" para la evaluación de la extensión local y la afectación de partes blandas y de la médula ósea, permitiendo una óptima planificación quirúrgica.
Igualmente, la tomografía computarizada (TC), es "fundamental" para el estudio de extensión. A veces se utiliza como prueba de imagen para valoración de la extensión local. Por último, la Radiología Intervencionista también se encuentra implicada en el diagnóstico de este tipo de lesiones permitiendo la realización de biopsias dirigidas.
Por otro lado, la SERAM señala que el osteosarcoma y el sarcoma de Ewing son los tumores óseos malignos más frecuentes en la edad pediátrica. El osteosarcoma representa aproximadamente un 60% de los tumores óseos malignos en niños y adolescentes, con mayor incidencia entre los 10 y 20 años, mientras que el sarcoma de Ewing supone entre un 20 y un 25%, afectando sobre todo a niños de 10 a 15 años.
Ambos son más frecuentes en varones pero su localización varía: el osteosarcoma suele situarse en las metáfisis de huesos largos como el fémur, la tibia o el húmero, mientras que el sarcoma de Ewing predomina en el esqueleto axial (pelvis, costillas) y en diáfisis de huesos largos.
Según la doctora Moreno, "el diagnóstico de estos tumores se basa en una combinación de clínica (dolor óseo persistente, inflamación local, masa palpable, a veces fiebre, y limitación funcional), pruebas de imagen (radiografía convencional, RM, TC) y biopsia para confirmar el diagnóstico histológico y determinar el tipo de sarcoma óseo.
Asimismo, la experta añade que "la evolución depende de diversos factores, como la presencia de metástasis al diagnóstico, la localización del tumor (pelvis y columna presentan peor pronóstico), el tamaño tumoral, la edad del paciente, la respuesta a la quimioterapia y, en el caso del sarcoma de Ewing, determinadas alteraciones genéticas".
Finalmente, explica que el abordaje terapéutico de estos tumores es "multidisciplinar", combinando quimioterapia, cirugía y/o radioterapia. "Gracias a los avances médicos y a la estrecha colaboración entre especialistas, la supervivencia global ha mejorado de forma significativa en los últimos años", concluye la doctora Moreno.