MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una investigación mundial realizada por la Universidad Edith Cowan, en Pert (Australia) se ha preguntado qué es lo que realmente quieren los niños que están ingresados en un hospital y ha concluido que lo más importante para ellos es simplemente sentirse seguro y poder dormir por la noche.
Los investigadores de la Escuela de Enfermería de la universidad desarrollaron el 'Cuestionario de necesidades de los niños' (NCQ, por sus siglas en inglés), el primero de su tipo para medir las necesidades psicosociales, físicas y emocionales de los niños expresadas por ellos mismos y, para ello, evaluaron a 193 niños en edad escolar en entornos pediátricos. Más de 1,7 millones de niños australianos ingresaron en el hospital en 2016-17, según las cifras más recientes disponibles, algunos para una visita corta y otros para estadías prolongadas y regulares.
La investigadora principal, la doctora Mandie Foster, asegura que este estudio llena el vacío existente en la comprensión de cómo se sienten los niños en los entornos hospitalarios. "Históricamente, la literatura sobre las necesidades y experiencias de los niños en entornos de atención médica se ha limitado en gran medida a las encuestas realizadas por adultos que responden por niños --lamenta--. Por lo que sabemos, ningún instrumento ha estado disponible para evaluar la percepción de las necesidades de los niños en edad escolar durante una hospitalización".
Por ello, destaca que "el desarrollo del NCQ es parte de un movimiento internacional para colocar a los niños en el centro de la prestación de cuidados, que honra la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño".
Según este cuestionario, los niños encuestados identificaron las cinco necesidades más importantes que, por este orden, son: "Saber que estoy a salvo y seré atendido", "dormir lo suficiente por la noche", "que el personal me escuche", "tener lugares donde mis padres pueden ir a por comida y bebidas" y "que mi mamá, papá o familia me ayuden a cuidarme".
La doctora Foster insiste en que era importante dejar que los niños en el hospital se puedan expresar por sí mismos. "Como adultos, a menudo hacemos suposiciones sobre las necesidades y los deseos de los niños, pero los hospitales pueden ser un entorno atemorizante y desconocido para muchos niños y no debemos asumir que sabemos cómo se sienten. Ser escuchado y comprendido puede darle una sensación adicional de confianza sobre la situación en la que se encuentran --recuerda--. Y desde un punto de vista médico, los autoinformes de los niños son esenciales para informar sobre el desarrollo de la atención médica, las políticas, la investigación y la teoría".
La investigadora añade que las necesidades de los niños a menudo están interconectadas con las de sus padres, por lo que si los padres se sienten informados, valorados y cuidados, entonces es más probable que sus hijos se sientan relajados. "Desde la perspectiva de un niño, sentirse seguro significa tener a mamá y papá aquí para que me ayuden a cuidarme, enfermeras sonrientes y tiempo para mejorar", dijo.