Dice que "no hay que descartar nuevas fuentes de financiación", aunque más importante es cambiar el modo en que se ejerce la medicina
BILBAO, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, ha señalado este sábado que la sanidad sufre en estos momentos el mayor "test de estrés" de su vida y pese a reconocer que en el País Vasco Osakidetza "ha aguantado bien su test de esfuerzo" ha dicho ser consciente de que "aún debemos de tomar decisiones difíciles en 2012 para asegurar la fortaleza de la organización". Asimismo, ha indicado que "no hay que descartar nuevas fuentes de financiación" de cara al futuro.
En un post publicado en su blog, y recogido por Europa Press, Bengoa ha recordado que en los dos últimos años la sanidad ha pasado al primer plano político, "no por problemas sanitarios, sino por problemas de sostenibilidad" e incide en que el estrés test para la sanidad no ha sido realmente un test, sino "una realidad", ya que "la crisis más real no puede ser".
"En el País Vasco, Osakidetza ha aguantado bien su test de esfuerzo porque se ha gestionado la crisis con un plan de gestión organizado, sin grandes traumas", ha valorado el consejero, al tiempo que destaca que "incluso se ha mejorado en listas de espera y seguimos ampliando programas como el cribado de cáncer de colon y de mama y en mejoras de calidad".
No obstante, Bengoa ha reconocido que, "a pesar de eso, somos conscientes de que aún debemos de tomar decisiones difíciles en 2012 para asegurar la fortaleza de la organización".
A su juicio, ninguno de los "grandes males" de la sanidad como la "insuficiente continuidad asistencial, ciertas ineficiencias y duplicidades o la calidad y seguridad clínica", se arreglan con más dinero únicamente. "En un sistema con esos profundos problemas inyectar más dinero no es más que una parte de la solución. Más de lo mismo", ha expresado.
Según ha señalado, la paradoja que complica el futuro es que, aunque mejoren las cosas en la economía, "muchos de los factores que hoy afectan a la sanidad", como en el caso de la demografía o la inflación, "no sólo no desaparecerán sino que se agudizarán, con lo cual necesitaremos un sistema muchísimo más eficiente que el actual".
"Estos cambios provocaran en la próxima década un cien por cien de aumento de la demanda frente a un 10 por ciento de crecimiento en la financiación. La conclusión evidente es que el sistema de salud no está preparado para la magnitud de estos retos y debemos empezar a dar los pasos para que lo esté", ha alertado.
En este contexto, el consejero ha señalado que "no hay que descartar nuevas fuentes de financiación", pero bastante más importante será, a su juicio, empezar "una reforma en profundidad de la forma que tenemos de ejercer la medicina y organizar el sistema de salud" ya que se necesitan "soluciones más imaginativas y arriesgadas".
CAMBIOS
En su opinión, es necesario mover "varias poleas de cambio, todas complejas, pero posibles" y destaca que en Euskadi ya hemos empezado a caminar "en esa dirección de forma organizada". Tras recordar que la sanidad no es un gasto, sino que es "claramente una inversión" ha abogado por desarrollar un "nuevo modelo asistencial".
"El llamado déficit estructural de la sanidad no es sólo financiero, es organizativo. Las mejoras para los pacientes y las eficiencias para el sistema se logran reorganizando la actual fragmentación del sistema asistencial e ingresos hospitalarios evitables", ha indicado.
Para el consejero, también es necesario un cambio profundo de la percepción del ciudadano como "consumidor pasivo de servicios". "El sistema de salud ha sido históricamente paternalista con el ciudadano, le ha restado responsabilidad en la gestión de su propia salud. Necesitamos crear condiciones nuevas que apoyen al ciudadano en la cogestión de su enfermedad", ha destacado, para añadir que parte de la solución está en que los pacientes reciban y envíen información sobre su salud, concibiendo el desarrollo del paciente digital como un proyecto social y no sólo tecnológico.
El consejero ha destacado asimismo que seguimos teniendo "demasiadas medicinas prescritas por demasiados médicos durante demasiado tiempo", lo que no solo produce un "gasto enorme" sino que provoca ingresos al hospital "provocados por el mal uso de los medicamentos".
"Es necesario decidir qué prestaciones y qué procesos utilizados actualmente no aportan beneficio clínico real. Hay más de las que se cree. Con el fin de evitar que se haga de forma indiscriminada es necesaria una forma más objetiva de decisión. Por ello, hemos desarrollado una entidad que sugerirá al ámbito de la decisión qué se debe financiar con dinero público", ha añadido.
Por último, Bengoa ha afirmado que es preciso "reforzar y fomentar" la prevención, puesto que el sistema de salud más sostenible será "aquél que reduzca la necesidad de cuidados".
Tras recordar que los vascos han reaccionado "mejor que nadie" a la Ley Antitabaco y muchos aprovechan la nueva situación para dejar de fumar, ha incidido en que "la amenaza para la salud pública más importante en esta década será la obesidad, con el consecuente aumento de la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
"Estamos ante una necesaria transformación que afecta a todos los actores del sistema: políticos, industria, profesionales de la salud y pacientes. Su puesta en práctica permitirá a la Sanidad aguantar los test de estrés del futuro. En caso contrario aparecerá con más claridad la privatización como falsa solución y nuevo relato", aventura.