MADRID, 20 Feb. (EDIZIONES) -
Podemos causar un accidente de tráfico por un despiste o una imprudencia, pero también ser víctimas directas o indirectas del mismo. En un siniestro vial nos pueden suceder muchas cosas, desde perder a un familiar o a amigos que iban en el coche, hasta que nos lesionamos gravemente, o bien podemos recuperarnos totalmente tras lo sucedido.
Tras un siniestro vial, generalmente surge cierto rechazo a conducir, en muchos casos negación a hacerlo, aparte del duelo que puede generarse en cada uno por la situación vivida, directa o indirectamente. "Es normal", según asegura en una entrevista con Infosalus Marilina Ferrer, responsable de psicólogos de Stop Accidentes, aunque precisa que dependiendo de la gravedad del accidente, y de la persona, aparecerán unos síntomas u otros.
Así, subraya que tras un accidente de tráfico no siempre es necesaria la ayuda psicológica, si bien ve aconsejable en todos los casos consultar con un psicólogo especialista en víctimas de tráfico el caso personal de cada uno, para saber si se va a necesitar ayuda profesional o no.
"Nos puede orientar y dar pautas a la hora de enfrentar esa situación traumática que hemos vivido y de una forma más saludable, que siempre es el objetivo", remarca la también directora de Stop Accidentes Cataluña.
Ferrer advierte de que es bastante habitual que aparezcan reticencias o miedos a conducir tras un accidente, así como a subirse a los coches, aunque muchas veces estos miedos y ansiedades que aparecen va mucho más allá y se convierten casi en pánico, incluso a los espacios cerrados o a salir a la calle. "Cuando el miedo es tan acentuado sí que se hace necesaria un apoyo psicológica", señala.
Con ello, defiende que hay diferentes tratamientos o pautas que se pueden ofrecer a una persona que ha sufrido un accidente de tráfico, de forma directa o indirecta, y éstas dependerán obviamente de las consecuencias de ese siniestro.
Entre otros puntos, detalla que se suele ayudar a la persona a tomar conciencia de lo que ha sucedido, de hasta qué punto ese peligro que se siente es ahora real o imaginario, se le explica tantas veces como sea necesario lo ocurrido, se le aconseja el no aislarse y continuar relacionándose con el entorno, así como el permitirse expresar las emociones que se sienten, tanto de tristeza, como de alegría, rabia, o enfado, tras el accidente.
"Todo depende mucho de las características de la persona para la recuperación. Hay algunas que internamente tienen muchas herramientas para enfrentarse a situaciones traumáticas. Todo dependerá de los apoyos externos que tengan. No es lo mismo una persona que se encuentra sola, que está desplazada y sin familia, a los que tienen alguien alrededor que pueda ayudarles", avisa la psicóloga de Stop Accidentes.
También reconoce que todo dependerá de la edad de las víctimas ya que, según precisa, no es lo mismo que suceda un accidente a una persona joven, a un niño, que a una persona mayor. "Tampoco es lo mismo para una persona de mediana edad que tiene cargas familiares, porque cuando las hay uno siempre piensa en los demás primero", apostilla.
La directora de Stop Accidentes de Cataluña celebra, no obstante, que la mayor parte de personas que han sufrido un accidente de tráfico vuelven a conducir, aunque precisa que siempre todo dependerá de la necesidad que tengan de conducir. "En los accidentes no es lo mismo que sea una víctima directa, implicada en el siniestro, o que sea un familiar el que se ha perdido", avisa Ferrer.
Con todo ello, aporta una serie de pautas que pueden ayudar a todos aquellos que han sufrido, directa o indirectamente, un accidente de tráfico:
.- Intentar mantener siempre los horarios con las comidas, y en el sueño.
.- Hacer ejercicio físico, como caminar por ejemplo, para activar el cuerpo y así es más fácil tener hambre o sueño y mantener los horarios.
.- Procurar siempre salir al aire libre, no quedarse en casa, buscar espacios naturales, al sol, en el parque, en el mar. Aporta beneficios para la propia salud física y psicológica porque así no nos centramos en lo que nos ha pasado.
.- Hablar y si uno tiene ganas explicar a los demás lo que ha sucedido, hacerlo. Tiene una función sanadora para las personas. No hay que tener miedo de expresar la tristeza, que estamos furiosos con lo sucedido, con los demás, de la misma manera que mostramos que estamos contentos porque nos ha pasado algo bueno.
.- Tener paciencia y sobre todo hacer ejercicios para relajarse antes de coger el vehículo de nuevo, y siempre en espacios muy controlados. "Si se coge el coche con ansiedad muy alta o estando muy nerviosos se puede poner en situación de peligro la conducción, y que aumente ese miedo. Por ello, hay que procurar hacer relación al volver a coger el coche, y estar lo más tranquilo posible.
"Las personas no deberían tener miedo a consultar con los profesionales, con los psicólogos en este caso. Nos pueden dar orientaciones o pautas para encauzar esa situación tan traumática", sentencia la responsable de los psicólogos en Stop Accidentes.