MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El director del Instituto de Dermatología Integral, el doctor Miguel Sánchez Viera, ha recomendado a los pacientes con psoriasis "trabajar sobre su estilo de vida para evitar los desencadenantes" de la enfermedad, al tiempo que aconseja cuidados básicos como una higiene suave con productos de pH adecuado, el uso diario de emolientes, proteger la piel del frío y secarse sin frotar.
Tener un buen estilo de vida y unas rutinas son "complementos esenciales al tratamiento médico que ayudan a minimizar los síntomas y a espaciar los brotes", afirma el experto, quien recuerda que "el factor emocional puede ser tan alto como el de enfermedades letales como el cáncer o las afecciones cardíacas".
En España, se estima que entre el 2% y el 3% de la población vive con psoriasis, lo que representa más de 1 millón de personas afectadas. Esta enfermedad inflamatoria crónica de la piel va mucho más allá de la apariencia: provoca molestias físicas, impacto emocional y puede afectar profundamente la calidad de vida. El estigma, la vergüenza o la ansiedad social son comunes entre pacientes, especialmente cuando las lesiones son visibles.
Muchas personas con psoriasis evitan actividades cotidianas como ir a la playa, hacer deporte o incluso mantener relaciones personales por miedo al rechazo. Además, los problemas laborales son frecuentes, lo que incrementa el riesgo de trastornos como ansiedad y depresión.
Además, recuerda que la psoriasis se asocia a otras patologías, conocidas como comorbilidades, como la artritis psoriásica (que afecta a un 30% de los pacientes), enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e hígado graso.
ABORDAJE INTEGRAL Y TRATAMIENTOS PERSONALIZADOS
Aunque no tiene cura definitiva, la psoriasis es "totalmente tratable y controlable", explica Sánchez Viera. El arsenal terapéutico es amplio y debe adaptarse a cada paciente. Así, existen tratamientos tópicos como cremas, pomadas, lociones y champús con corticoides, derivados de la vitamina D o ácido salicílico para las lesiones localizadas.
Por otro lado, la fototerapia que es la exposición controlada a luz ultravioleta B de banda estrecha, muy eficaz en muchos pacientes; fármacos orales como metotrexato o ciclosporina para casos más graves y extensos, y tratamientos avanzados y biológicos; este grupo representa la vanguardia en el manejo de la psoriasis moderada a grave.
"Los tratamientos biológicos son anticuerpos diseñados para bloquear de forma selectiva las proteínas específicas del sistema inmunitario que impulsan la inflamación en la psoriasis, como el Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF-a) o las interleuquinas (IL) como la IL-17 o la IL-23", explica el doctor.
MECANISMO INMUNOLÓGICO Y DESENCADENANTES AMBIENTALES
En individuos con predisposición genética, el sistema inmunitario se desequilibra, activándose indebidamente y acelerando el ciclo de renovación de la piel de 30 días a apenas 4 o 5. Esto provoca la acumulación de células en la superficie, formando las características placas rojas cubiertas de escamas blanquecinas.
Este proceso puede ser desencadenado por múltiples factores ambientales, entre los que destacan el estrés emocional, "la conexión entre el sistema nervioso e inmunológico explica los brotes en periodos de ansiedad"; las infecciones como las amigdalitis estreptocócicas; traumatismos en la piel como cortes, quemaduras o incluso picaduras de insecto que pueden desencadenar nuevas lesiones; el clima, "el frío y la menor exposición solar suelen empeorarla"; un estilo de vida poco saludable, y medicamentos como el litio, betabloqueantes o antiinflamatorios no esteroideos.
EL PAPEL CRUCIAL DEL APOYO ASOCIATIVO
Por otro lado, el experto recuerda que el apoyo y seguimiento y la educación del paciente son fundamentales. A pesar de los avances importantes que suponen los nuevos medicamentos, muchos pacientes están infratratados por la dificultad de acceso a especialistas que contralen y orienten su evolución.
En muchas ocasiones, el paciente ha recibido (tras una larga espera) un fármaco de última generación, caro y difícil de obtener, pero no consigue el seguimiento en el tiempo adecuado por parte de especialistas con listas de espera interminables. Además de la formación que se ofrece por parte de los dermatólogos, asociaciones de pacientes trabajan para ofrecer apoyo, información y recursos a las personas afectadas y a sus familias, ayudándoles a convivir mejor con la enfermedad y a eliminar el estigma social.