Una psiquiatra aconseja tratamientos no farmacológicos como "primera opción" para trastornos conductuales en demencias

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Publicado: jueves, 8 mayo 2025 19:20

MADRID 8 May. (EUROPA PRESS) -

La psiquiatra y psicoterapeuta familiar del hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Anna Catalán Martínez, ha aconsejado este jueves usar como "primera opción" los tratamientos no farmacológicos para el abordaje de los pacientes con algún tipo de demencia y que presente trastornos de la conducta.

Esta recomendación tiene que ver con los efectos adversos de los psicofármacos, motivo por el que ve necesario valorar "si compensan o no", y siempre optar antes por otros tratamientos como el social, e incluso brindar apoyo y recursos a los cuidadores.

"Que se relacionen, que jueguen a cartas, que estén con nietos, que estén con amigos, que vayan a bailar... Todo esto siempre ayudará a mejorar estos síntomas conductuales", ha explicado Catalán Martínez durante un seminario web organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA).

Tras ello, ha señalado que hay ocasiones en las que los efectos secundarios pueden "venir bien" para tratar otras cuestiones, como en el caso de la mirtazapina, un antidepresivo que da sueño como efecto secundario.

"Pero si tengo una depresión y además no duermo, pues mira, una cosa y otra. No todos los fármacos sirven para todo, ni los fármacos lo tratan todo. Hay cosas que no se tratan con fármacos", ha recalcado.

Si bien ha señalado que estos medicamentos, administrados para lo que realmente sirven, sí tienen efectos positivos sobre los pacientes, aunque ha reconocido que pueden tardar semanas en "funcionar del todo".

Catalán Martínez también ha subrayado la importancia de recetar fármacos que el paciente pueda tomar, pues hay algunas pastillas "muy gordotas" que no pueden ser tragadas por algunas personas, motivo por el que hay que encontrar otro tratamiento que el paciente sí pueda seguir, aunque no sea tan eficaz.

Aunque ha declarado que "está bien" leer los prospectos, ha expresado que lo "mejor" es preguntar directamente al médico para evitar algún "miedo" por lo que se lee sobre los efectos secundarios, que no tienen porqué aparecer.

Del mismo modo, ha manifestado que es "muy importante" que el paciente o el cuidador cuente al médico todo lo que les pasa para que puedan indicar el mejor fármaco, sin tener miedo de decirlo.

"A veces yo me encuentro con gente que tiene una desinhibición sexual, pero al familiar le da vergüenza decírmelo, y yo le puedo estar dando un antidepresivo que dé más desinhibición sexual", ha añadido.

FÁRMACOS CONTRA EL ALZHEIMER

Entre los fármacos específicos para el Alzheimer, la experta ha hablado sobre los inhibidores de acetilcolina, que se encargan de provocar una menor destrucción de la acetilcolina y que, aunque se inventaron para tratar el deterioro cognitivo, ha reconocido que milagros no hacen", y que sí sirven para tratar los síntomas clínicos de tipo depresivo o psicótico.

Para las alucinaciones pueden servir la Rivastigmina, la galantamina o el donepezilo, aunque pueden dar náuseas, vómitos o provocar pérdida de apetito y anorexia, especialmente en personas muy delgadas, lo que puede ser "grave" y motivo para retirarlos; también cuentan con contraindicaciones en el caso de que existan alteraciones del ritmo cardíaco.

Otros medicamentos como la memantina se usan en estadios moderados y graves, aunque es "poco aconsejable" si las personas tienen crisis epilépticas, pudiendo provocar mareos, vértigos e incluso síntomas psicóticos.

TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS PARA LA DEPRESIÓN

Respecto a los antidepresivos, la especialista ha subrayado que no sirven para mejorar la apatía pero sí para la depresión, y ha recordado que, a pesar de que tener que introducirse y retirarse de forma lenta, no generan dependencia.

Entre los más conocidos se encuentran el citalopram, la sertralina, fluoxetina, paroxetina o vortioxetina, todos ellos con efectos secundarios "muy similares" como náuseas, malestar, ruidos en la boca del estómago, disminuir el deseo sexual o aumentar los riesgos de sangrado, aunque siempre que exista predisposición a ello.

Además, pueden provocar un "bloqueo" emocional, algo que "conviene" cuando existe un cuadro depresivo para que no estén "a flor de piel" todos los sentimientos negativos que acompañan a la enfermedad.

LOS ANTIPSICÓTICOS, LOS QUE "MÁS MIEDO" DAN

La psiquiatra también ha hablado sobre los antipsicóticos, que son los que "más miedo" dan a la gente por una "mala fama" que se ganaron debido a que en el pasado se usaban "muchísimo para mil cosas", lo que provocaba que no funcionase bien en muchos casos.

"Estos fármacos, cuanto menos tiempo, mejor, pero deben usarse el tiempo que sean necesarios, porque a veces pueden que hacer que una persona esté muchísimo mejor", ha añadido.

Entre los medicamentos clásicos se encuentran el haloperidol, la flufenazina, la clorpromazina o la perfenazina, que son "baratos" y que dan mucho sueño y pueden dar lugar a bloqueos a nivel motor y caídas.

Es por ello por lo que ha resaltado que se deben administrar en dosis muy bajas y solo cuando son realmente necesarios, siendo más recomendable prescribir los de nuevo tipo, que tienen un menor riesgo a nivel motor, aunque tienen otros efectos como un mayor riesgo de aumentar el peso, la tensión o el colesterol.

"Sí que hubo un momento en que se dijo que estos fármacos eran más peligrosos que los típicos, en referencia que daban más infartos cerebrales. No se ha demostrado que den más infartos cerebrales que los típicos, pero sí que es verdad que personas que ya han tenido varios infartos cerebrales y se les daban estos fármacos porque tenían problemas conductuales graves, pues tenían más infartos cerebrales. Pero se habían estudiado estos fármacos porque eran nuevos y no se habían estudiado los antiguos, que cuando hemos ido estudiando los antiguos, dan el mismo problema", ha expresado.

Entre estos nuevos fármacos se encuentran la clozapina, risperidona, paliperidona, olanzapina, quetiapina, sertindol, ziprasidona, aripiprazol, cariprazina, brexpiprazol o la lurasidona.

"Estos fármacos no los usaríamos si no hubiera un motivo para hacerlo. Cuando se usa un fármaco antipsicóticos porque realmente el síntoma es grave y lo necesita. Siempre haremos primero todo lo que sea posible a nivel no farmacológico", ha añadido.

Respecto a los anticonvulsionantes, ha recalcado que se usan para la variante conductual de la demencia frontotemporal, especialmente en gente joven con "muchísima energía y que pueden enfadarse mucho", por lo que se necesita "frenarles un poco".

En este grupo destacan las benzodiazepinas, fármacos a los que habría que decir "nunca". "Yo nunca pondría una benzodiazepina a una persona con una demencia, pero es que hay gente que lleva 40 años tomando 'Orfidal' (lorazepam) para dormir (...) cuando les digo que voy a quitarles el 'Orfidal', no aparecen nunca más por la visita. Entonces hay que intentar reducirlo poco a poco", ha concluido.

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