MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El uso de pruebas genéticas permite identificar "mejor" los tipos de linfoma, lo que permite "inferir el tratamiento más adecuado", tal y como ha afirmado el director de Hematología Clínica del Banc de Sang y Teixits de Barcelona, el doctor Ramón Salinas, en el VII Curso Interactivo de Actualización de Linfomas.
Este tipo de pruebas de diagnóstico incluyen la mejor identificación de los subtipos de la enfermedad, por lo que los tratamientos elegidos mejoran los resultados que se ofrecen a los pacientes, ha asegurado el doctor.
De hecho, el área de los linfomas, tumores malignos de los ganglios linfáticos, es una de las que más se ha beneficiado por los avances en la diagnosis, pero también en el tratamiento.
"Se han aprobado nuevos medicamentos más específicos y se han iniciado terapias dirigidas, fármacos, que permiten atacar partes específicas de las células", ha explicado el especialista.
Además, "se están iniciando tratamientos con inmunoterapia, entre los que se encontrarían las terapias con células 'CAR T'", ha añadido. Consisten en "extraer células T del paciente y alterarlas en el laboratorio para que detecten las células del linfoma y las ataquen".
En las nuevas perspectivas del tratamiento también se han analizado las novedades en el tratamiento del subtipo conocido como de células de manto.
Hay dos tipos de linfomas: el de Hodkin, que representa entre el 7,4 por ciento y el 8,1 por ciento del total y los No Hodkin, que representan entre el 41 y el 42 por ciento de los mismos.
El linfoma de células de manto pertenece a los No Hodkin, que suelen comenzar con el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos y pueden extenderse a otros tejidos, como la médula ósea y el hígado.
Para este tipo, que tiene mal pronóstico, está aprobado el fármaco 'Ibrutinib', el primer inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton. Cuenta con resultados positivos, especialmente en primera recaída, según un estudio de más de tres años presentado en la Sociedad Americana de Hematología.
"Este fármaco se administra una vez al día por vía oral", ha explicado el doctor Salinas. A la comodidad de la "tolerabilidad favorable del fármaco lo que permite una mejora notable de la calidad de vida de los pacientes".
El fármaco también tiene beneficios porque reduce los "acontecimientos adversos nuevos y son menos frecuentes cuando se inicia el tratamiento temprano", algo relevante al tratarse de una enfermedad de baja prevalencia, ha concluido el experto.