MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El doctor Pedro Martínez Seijas, uno de los mayores especialistas en técnicas de impresión 3D en la rama maxilofacial en España, está trabajando junto con su equipo en desarrollar una prótesis osteoregenerativa mandibular, es decir, que ayuda al hueso a generarse cuando existe algún tipo de defecto por malformaciones o traumatismos en la mandíbula.
La prótesis se encuentra en fase de diseño, y su fabricación será "íntegramente" en Galicia, con el objetivo de ir implementándola "a medio plazo", según explica el especialista en una entrevista con Europa Press. A través de una impresora 3D y gracias al beta fosfato tricálcio (una especie de cerámica), este dispositivo funciona como un andamiaje sobre el que el hueso se apoya para regenerarse y proyectarse.
"Ya tenemos placas que se pueden utilizar en traumatismos faciales y deformidades, de forma que se puede sustituir como una especie de hueso, que hace 'puentes' entre una parte y otra. Las placas desaparecen con el tiempo y, una vez finalizada su función, desaparecen del cuerpo del paciente, que suelen ser jóvenes de entre 15 y 20 años. Así, se les evita tener titanio en la cara para el resto de su vida", detalla el experto en Cirugía Oral y Maxilofacial.
En 2009, fue el primer doctor en España en implantar una prótesis a medida de la mitad de la mandíbula. El año pasado, fue nuevamente pionero en realizar una reconstrucción de una mandíbula con impresión 3D personalizada. En total, calcula que habrá utilizado la impresión 3D en unos 300 pacientes por diferentes motivos y campos, centrándose principalmente en oncología, reconstrucciones y malformaciones.
"Esto nos permite hacer una cirugía personalizada, a medida. También simular esa intervención de forma virtual y ajustar la prótesis a ese paciente. Antes del inicio de la operación, puedes ver el resultado final. Facilita mucho el trabajo y sirve como control de calidad para el propio paciente", resalta Martínez Seijas, quien considera que la impresión 3D "va a permitir entrar de lleno en la cuarta revolución industrial".
Este tipo de técnica, en cualquier caso, se presenta en casos complejos como una "alternativa" a las cirugías habituales. "No es para todas las cirugías, solo para aquellas muy seleccionadas en las que la complejidad precisa de una prótesis a medida. Utilizar la impresión 3D no es incompatible con prótesis estandarizadas y técnicas convencionales, sino que las complementan", argumenta el doctor.
De esta forma, resume que gracias a la impresión 3D se mejora el resultado del tratamiento, además del ahorro de dinero y tiempo. La cirugía es más segura, más corta en el tiempo y más fácil de recuperación; permite tener un control absoluto del resultado final y prever el resultado antes de la misma operación, tanto a nivel funcional como a nivel estético. Su futuro inmediato, según Martínez Seijas, pasa por desarrollar impresoras "más rápidas y conseguir nuevos materiales que sean biocompatibles y se puedan dejar dentro del cuerpo del paciente".
Junto a esto, apunta al "futuro esperanzador" que abre la bioimpresión: la impresión 3D con tejidos 'humanos'. De hecho, hace apenas dos meses, investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) consiguieron fabricar el primer corazón impreso en 3D de este tipo. "Es un salto cualitativo, pero está en estudios preclínicos. No podemos levantar falsas expectativas a corto plazo de que se pueden generar órganos a medida, puesto que le quedan unos cuantos años para poder llegar a la clínica", zanja Martínez Seijas.