MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
En el Día Mundial de la Obesidad, que se conmemora este jueves, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha querido llamar la atención sobre el hecho de que solo el un 44 por ciento de los pacientes con obesidad recibe el diagnóstico de la enfermedad, y apenas un 24 por ciento es citado a visita de seguimiento, a diferencia de otras enfermedades crónicas, lo que dificulta su tratamiento.
Según los endocrinólogos, esta menor atención se relaciona, principalmente, con la estigmatización de esta enfermedad, que culpabiliza al paciente por tener malos hábitos alimentarios y ser responsable. Sin embargo, los conocimientos actuales indican que la obesidad tiene un origen complejo y multifactorial donde interaccionan muchos factores que están fuera del control del individuo, como determinadas condiciones genéticas y endocrinas; factores ambientales, como estrés; dieta y patrones de trabajo cada vez más sedentarios.
Por otro lado, la sociedad científica también lamenta las "múltiples limitaciones" en el acceso de la persona con obesidad a recibir un abordaje multidisciplinar, que ha demostrado ser efectivo y que incluye cambios en los hábitos alimentarios, actividad física y aspectos conductuales. "Esto se debe a las escasas Unidades de Obesidad multidisciplinares existentes que disponen del personal adecuado para tratar esta patología", aclaran desde la SEEN.
A su vez, los fármacos actualmente comercializados para el tratamiento de la obesidad no están financiados por el Sistema Nacional de Salud (SNS), de manera que su uso se encuentra limitado por las condiciones económicas del paciente. Este aspecto ejerce un gran impacto discriminativo frente a otras enfermedades crónicas.
En la misma línea, aquellos pacientes con obesidad grave que podrían beneficiarse de una cirugía de la obesidad están sometidos a largas listas de espera. Esta situación contribuye al deterioro en la calidad y expectativa de vida de las personas con obesidad.
POBLACIÓN DE RIESGO PARA LA COVID-19
En el momento actual, la pandemia por coronavirus ha afectado de manera especial a los pacientes con obesidad, cuyo riesgo de infección, complicación y mortalidad en caso de COVID-19 es superior a pacientes normopeso. Por otro lado, la cancelación de cirugías por la pandemia ha comportado un retraso muy acusado de las cirugías bariátricas.
Por todo ello, desde la SEEN reivindican que no se deben cancelar las cirugías de la obesidad, puesto que estos pacientes son de alto riesgo y, por tanto, prioritarios, tanto para el tratamiento quirúrgico como para la vacunación. Además, defienden que solo a través de la educación se podrá acabar con los estigmas de esta enfermedad y contribuir a impulsar nuevas estrategias para frenar su crecimiento.
En este sentido, recuerdan que, de seguir con el ritmo de crecimiento actual, en 2030 en España habrá 27,2 millones de adultos con exceso de peso, que conllevará un aumento del gasto sanitario actual en más de 3.081 millones de euros. Y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en las próximas tres décadas el exceso de peso será responsable de 92 millones de muertes, reduciéndose la esperanza de vida en 3 años para el 2050. Por ello, inciden en que, si los gobiernos europeos invirtieran los costes directos e indirectos de la obesidad en estrategias coste-efectivas, se podría conseguir un ahorro del 60 por ciento en muchos países europeos.