Una posible nueva diana terapéutica para tratar la esquizofrenia

Archivo - Cerebro, plasticidad cerebral.
Archivo - Cerebro, plasticidad cerebral. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / SERDARBAYRAKTAR
Publicado: viernes, 7 enero 2022 17:57


MADRID, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo estudio de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos) ha identificado una proteína del sistema nervioso central, conocida como mGlu1, como posible diana para nuevos tratamientos de la esquizofrenia.

La esquizofrenia, que afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población mundial, ha sido históricamente difícil de tratar. Los actuales antipsicóticos aprobados clínicamente son eficaces para reducir los 'síntomas positivos', como las alucinaciones y los delirios en algunos pacientes.

En cambio, no logran tratar los 'síntomas negativos', como el retraimiento social, la falta de motivación y los déficits cognitivos asociados a la enfermedad. "La nueva investigación se centró en identificar un nuevo enfoque que tratara los síntomas positivos y negativos", afirma uno de los líderes del estudio, James Maksymetz.

Se cree que la esquizofrenia se produce cuando una región del cerebro llamada corteza prefrontal se vuelve anormalmente activa porque las interneuronas, que conectan circuitos neuronales o grupos de neuronas, se vuelven disfuncionales y dejan de regular la actividad neuronal. El equipo trató de modular la actividad de esas células.

Tras identificar el mGlu1 (una abreviatura de receptor de glutamato metabotrópico subtipo 1) como una diana potencialmente farmacológica, lo probaron con un compuesto que mejora su función: un modulador alostérico positivo (PAM, por sus siglas en inglés).

El PAM fue desarrollado previamente por Conn en estrecha colaboración con otros laboratorios del WCNDD, incluidos los de Craig Lindsley, profesor universitario de química y farmacología, y Colleen Niswender, profesora asociada de farmacología.

Utilizando este compuesto, descubrieron que potenciar la actividad de mGlu1 aumentaba selectivamente la actividad de interneuronas inhibidoras específicas, restaurando su capacidad de inhibir los circuitos neuronales que controlan.

Además, los investigadores observaron que al trabajar con la PAM se revirtieron los síntomas característicos de la esquizofrenia en pacientes humanos. Así, estos resultados sugieren que el uso de una PAM para potenciar la actividad del mGlu1 es un tratamiento eficaz para la esquizofrenia.

POR QUÉ ES IMPORTANTE

La esquizofrenia es un problema clínico y social importante, tal y como recuerdan los investigadores. "Las respuestas inadecuadas al tratamiento y los fallos a la hora de abordar los 'síntomas negativos' y los déficits cognitivos dan lugar a malos resultados en los pacientes", apunta Maksymetz, que añade que "suponen una enorme carga financiera para la economía estadounidense y mundial".

Los investigadores esperan que esta novedosa estrategia de tratamiento "pueda acabar aliviando a los pacientes, permitiéndoles reintegrarse en la sociedad y contribuir a ella, y disminuyendo la carga de los sistemas sanitarios".

Los resultados de esta investigación son especialmente emocionantes porque el fármaco revierte los déficits de la memoria de trabajo, un rasgo distintivo de la esquizofrenia para el que no existe actualmente ningún tratamiento.

Los actuales tratamientos farmacéuticos de la esquizofrenia se descubrieron "por casualidad" hace medio siglo y no se derivaron de un buen conocimiento de la biología de la enfermedad, según han detallado estos científicos.

Décadas de descubrimientos clínicos han mejorado la comprensión de los investigadores de las bases biológicas de la enfermedad, abriendo la puerta al desarrollo de fármacos mejor dirigidos y más eficaces.

"Pensamos que si abordamos la biología subyacente de la enfermedad potenciando la función de estas interneuronas, podríamos rescatar los déficits cognitivos asociados a la disfunción del córtex prefrontal", afirma Maksymetz.

PRÓXIMOS PASOS

Los resultados plantean una serie de preguntas sobre la biología de mGlu1. Los estudios en curso en el laboratorio de Conn están investigando el papel y los efectos de mGlu1 en varias regiones del cerebro.

Para trasladar estos hallazgos a la clínica, los científicos tendrán que investigar la eficacia de los PAM cuando se utilizan de forma crónica en lugar de a corto plazo, evaluar los posibles efectos secundarios y determinar si la potenciación de mGlu1 reduce otros síntomas de la esquizofrenia, especialmente los 'síntomas negativos', como la falta de motivación y el retraimiento social, que suelen ser resistentes al tratamiento.

"Creemos que este estudio es una buena base sobre la que construir", ha apuntado Maksymetz. "Esperemos que algún día podamos probar la hipótesis de que las PAM de mGlu1 pueden realmente tratar a los pacientes con esquizofrenia. Creo sinceramente que la comprensión del funcionamiento y la disfunción de los circuitos neuronales dará lugar a una revolución en el tratamiento de las enfermedades relacionadas con la neurociencia, y me entusiasma formar parte de ella", apunta.