MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
La catedrática de Genética de la Universitat de Barcelona Gemma Marfany ha hablado sobre cómo los avances científicos y tecnológicos brindan la posibilidad de realizar cambios genéticos en el ser humano, pudiendo elegir características físicas como ser "más alto" hasta tratar enfermedades, y ha querido distinguir entre 'terapia' y 'mejora' genética.
Marfany ha resaltado que la terapia tiene que ver con intervenir en caso de que exista una enfermedad o tenga posibilidad de desarrollarse, de forma que se intenta evitarla o minimizarla, mientras que las mejoras tienen que ver con aquellas actuaciones en las que no existe una patología, como cambiar el color de los ojos o de la estatura.
Sin embargo, ha señalado que existen casos en los que una mejora puede acabar siendo un tratamiento, según el caso, como una persona que padece enanismo y que se le trate para ser más alta; a pesar de que las técnicas actuales aún no permiten hacer grandes ediciones genéticas en el ADN, cree que en el futuro mejorará y acabará siendo posible.
Es por ello por lo que es importante pensar "muy bien" qué es lo que se quiere hacer y qué consecuencias puede tener, pues "no va a haber un botón de devolución", tal y como ha subrayado Marfany durante una jornada de debate sobre los mitos y las realidades del mejoramiento humano, organizada por la Fundación Lilly y la Fundació per al Foment de la Investigació Sanitària i Biomèdica de la Comunitat Valenciana (Fisabio).
"¿Realmente podemos mejorarnos a la carta? La evolución biológica nos da muchas lecciones al respecto. No puedes mejorar en todo. Si consigues ir bien de una cosa, es en detrimento de otra (...) Si tú quieres unas vacas para que te den mucha leche, y mucha productividad de leche, no puedes hacer una vaca que encima su carne sea excelente, porque los genes con los que estás actuando tienen efectos que actúan sobre otros", ha añadido Marfany.
Respecto al tratamiento de las enfermedades raras, ha expresado que si muchas de ellas se diagnostican de forma muy temprana "una ventana de tiempo en la que la terapia, sea génica o de precisión" se puede reducir enormemente los costes del paciente a lo largo de toda su vida, en comparación con estar siempre con tratamientos paliativos.
INEQUIDAD ECONÓMICA Y HERENCIA DE ESTAS DESIGUALDADES
Por otro lado, ha señalado que en la actualidad es la gente con dinero la que tiene más facilidad de someterse a mejoras genéticas, lo que hará que "la inequidad sea heredable", pues habrá personas que estén modificadas para "correr los cien metros lisos", por lo que los que no se han sometido a estos cambios no podrán competir.
El catedrático de Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco Íñigo de Miguel, por su parte, ha resaltado que las técnicas que existen a día de hoy "son muy caras", y que en ahora ni si quiera podrían financiarse a través del sistema público porque "los recursos no son ilimitados" y que iría en detrimento de otro tipo de prioridades, aunque sí cree que podría destinarse una cantidad para "estimular" avances en este campo, lo que haría que bajasen los precios.
De Miguel también ha resaltado que este tipo de avances traerán problemas tanto económicos como éticos, pues en el momento que las modificaciones o las terapias sean accesibles podrían plantear algún tipo de "presión" para que las parejas sean "buenos padres" y decidan someterse a estos procesos, lo que afectaría sobre todo a la mujer, por lo que habría otros problemas sobre la cuestión de género al no poder saber si la decisión la toma "el miembro masculino o femenino".
Tras ello, ha rechazado que se traten tan solo de decisiones "individuales", pues afectan a toda la sociedad y, si bien cree que "quizás no podamos mejorar genes", ha destacado la posibilidad de silenciarlos para evitar que tengan lugar ciertos eventos que podrían perjudicar al sujeto.
En el acto también ha participado el catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga Antonio Diéguez, quien ha recalcado que estas desigualdades provocarían que las actuales castas, que son "inmensamente más ricas que el común de los mortales", pudieran además ser inmune a enfermedades o tener capacidades intelectuales mejoradas, lo que haría aún más complicado "mover" estas castas.
En cuanto a la diversidad, el experto que el ser humano es tan diferente que elegirían características de forma que no se universalizasen y, aunque "habría mejoras caprichosas que obviamente no se admitirían" como el cambio del color de los ojos, del pelo o de la piel, hay que pensar en la posibilidad de brindar de una mayor resistencia a las enfermedades víricas o bacterianas, e incluso realizar mejoras de cara a las edades más avanzadas.
"Lo importante es que sepamos distinguir qué promesas son creíbles y cuáles no. Que sepamos separar el tramo de la paja. Y para eso nos faltan conocimientos científicos y una buena divulgación científica. Porque es normal que la persona de la calle no sepa si una promesa de este tipo está realmente fundada en la ciencia. Hay unas promesas que son increíbles", ha añadido.
En ese sentido, Diéguez ha ironizado con la "promesa de la inmortalidad" cuando aún "no han resuelto todavía lo de la alopecia", razón por la que ha insistido en centrarse en los problemas actuales y metas alcanzables.