MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ) se une a la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) en su petición al Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas de priorizar la vacunación de las personas con discapacidad y enfermedades crónicas frente a la COVID-19, entre las que se encuentra la fibrosis quística; a la vez que solicita una mayor información sobre la estrategia de vacunación para los grupos especialmente vulnerables.
Tras el anuncio del Ministerio de Sanidad la pasada semana acerca de los nuevos grupos de vacunación, entre los que no se encontraban las personas con discapacidad y enfermedades crónicas, y ante la falta de información específica sobre la estrategia de vacunación de las personas vulnerables frente a la COVID-19, la FEFQ reclama que se priorice a los grupos ya considerados de riesgo por parte del Ministerio de Sanidad y se comuniquen tanto el modo como las fechas de vacunación aproximadas para estos colectivos.
La fibrosis quística es una enfermedad crónica y hereditaria por la que se produce un espesamiento de las secreciones que facilita la acumulación de bacterias, virus u otros microorganismos que entran en los pulmones y provocan infecciones respiratorias. Algunos de estos microorganismos son especialmente peligrosos para las personas con esta enfermedad y pueden conducir a una disminución más rápida de la función pulmonar. De ahí el especial riesgo que supone para ellas una posible infección por COVID-19.
Por su parte, la Fundación Española de Fibrosis Quística remitió el pasado 25 de enero una carta al Ministerio de Sanidad, de la que todavía no ha recibido respuesta, en la que reclamaba una mayor información acerca de la estrategia de vacunación y la fecha aproximada en que se iniciará la inmunización de las personas con fibrosis quística.
En dicha carta se hace hincapié en la posibilidad de vacunar al colectivo en las Unidades de Fibrosis Quística donde se realiza su seguimiento, para evitar entrar en contacto con otros pacientes y prevenir así posibles infecciones cruzadas, ya que dichas unidades tienen la experiencia necesaria para organizar el proceso de manera segura para las personas con Fibrosis Quística.
Por otro lado, la fundación considera necesario priorizar aquellos casos dentro del colectivo que tengan un mayor riesgo ante un posible contagio por COVID-19, debido a su situación personal por la fibrosis quística, así como las personas trasplantadas por su especial vulnerabilidad a causa del tratamiento inmunosupresor. Igualmente, se solicita la valoración de incluir a los convivientes con personas con dicha enfermedad menores de 16 años dentro del grupo de vacunación de las personas con fibrosis quística, ya que, a día de hoy, la vacuna solo se administrará a mayores de 16 años.
"Nuestra inquietud ante esta situación es máxima ya que, aparte de los riesgos por un posible contagio de COVID-19, las visitas presenciales se están reduciendo a empeoramientos evidentes y dejando en un segundo plano los dos pilares que han contribuido a una mayor supervivencia en Fibrosis Quística, como son la vigilancia activa y la anticipación a las exacerbaciones", explica el presidente de la Federación y la Fundación Española de fibrisis quística, Juan Da Silva.
Por último, concluye que "la vacunación del colectivo ayudará a volver a retomar en gran medida los controles de seguimiento hospitalario y a reactivar la presencialidad en los sistemas de apoyo en el tratamiento de una enfermedad tan compleja como la fibrosis quística".