MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Las personas que han dado positivo en COVID-19 tienen un mayor riesgo de padecer múltiples formas de enfermedades cardiovasculares (ECV), según ha desvelado un informe de la compañía Daiichi Sankyo Europe.
Los hallazgos, que se han publicado en 'Economist Impact', muestran que se prevé que la carga sanitaria de las ECV aumente debido a las implicaciones a largo plazo del virus, lo que pone de manifiesto, a juicio de la compañía, la necesidad de dar prioridad a la atención de la comunidad de pacientes con ECV en los sistemas sanitarios europeos.
El informe ha revisado las evidencias disponibles para descubrir el impacto que la COVID ha tenido en los pacientes con ECV, la prestación de atención cardiovascular y las implicaciones de la "COVID de larga duración" para los sistemas sanitarios en el futuro. En concreto, se han centrado en las regiones de Europa Occidental (Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido).
Así pues, las principales conclusiones del informe se basan en las evidencias disponibles y en los debates con expertos en cardiología, neurología y salud pública para identificar las áreas en las que podrían introducirse mejoras para hacer frente a las crecientes necesidades de la comunidad de personas con ECV.
El informe de The Economist Impact también sugiere que ha habido una subestimación sustancial de las muertes debidas al COVID-19 en todo el mundo. En enero de 2022, se calcula que se han perdido 18,8 millones de vidas más de lo que cabría esperar durante la pandemia, por encima de los 5,44 millones de muertes atribuidas directamente a COVID-19 en diciembre de 2021. 1 Estas muertes adicionales incluirán las debidas directamente a la COVID no detectada, pero también las debidas a otras causas, cuando las afecciones responsables se hayan visto exacerbadas o hayan sido provocadas por la propia COVID o por las dificultades de acceso a la asistencia durante la pandemia.
Asimismo, el documento, según indica la compañía, recoge las implicaciones indirectas de COVID-19 en los sistemas sanitarios y en la atención a las ECV. La capacidad limitada de unos sistemas sanitarios sobrecargados de trabajo, combinada con el miedo de los pacientes a exponerse al virus, ha hecho que la atención cardiovascular se reduzca a todos los niveles, lo que a su vez ha aumentado la mortalidad a corto plazo, así como el riesgo a largo plazo.
"Sólo estamos arañando la superficie en lo que respecta al impacto a largo plazo de COVID-19 en la ECV, y es probable que surjan más datos con el tiempo", ha comentado el cardiólogo consultor y profesor de Clinical Data Science del University College London, Amitava Banerjee.