MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las personas obesas que pierden una cantidad sustancial de peso pueden conseguir disminuir significativamente la degeneración de su cartílago de la rodilla, según concluye un nuevo estudio de resonancia magnética cuyos resultados se presentan este lunes en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA, por sus siglas en inglés), que se celebra en Chicago, Estados Unidos.
La obesidad es un importante factor de riesgo para la artrosis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta a más de un tercio de los adultos mayores de 60 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. La articulación de la rodilla es un sitio común de artrosis y en muchas personas el trastorno progresa hasta que se hace necesario el reemplazo total de rodilla.
El envejecimiento de la generación del 'baby-boom' y un aumento de la obesidad han contribuido a un incremento de la prevalencia de la artrosis de rodilla. "La enfermedad articular degenerativa es una causa importante de dolor y discapacidad en nuestra población y la obesidad es un factor de riesgo significativo --afirma la autora principal del estudio, Alexandra Gersing, del Departamento de Radiología e Imágenes Biomédicas de la Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos--. Una vez que el cartílago se pierde en la osteoartritis, la enfermedad puede no revertirse".
El doctor Gersing y sus colegas investigaron recientemente la asociación entre diferentes grados de pérdida de peso y la progresión de la degeneración del cartílago de la rodilla en 506 pacientes con sobrepeso y obesidad de la Iniciativa Artrosis, un estudio de investigación en todo el país centrado en la prevención y el tratamiento de la artrosis de rodilla.
Los pacientes tenían factores artrosis de leve a moderada o factores de riesgo para la enfermedad. Se dividieron en tres grupos: un grupo de control que no perdió peso, un segundo grupo que perdió un poco de peso y un tercer grupo que perdió más del 10 por ciento de su peso corporal, y después los investigadores usaron imágenes de resonancia magnética (IRM) para cuantificar la artrosis de rodilla.
"Pudimos ver cambios en la calidad del cartílago en una etapa muy temprana, incluso antes de que se rompa", destaca Gersing. Cuando los científicos analizaron las diferencias en la calidad del cartílago entre los tres grupos en un lapso de tiempo de cuatro años, encontraron pruebas de que la pérdida de peso tiene un efecto protector contra la degeneración del cartílago y que una mayor cantidad de pérdida de peso es más beneficiosa.
"El cartílago se degeneró mucho más lentamente en el grupo que perdió más de 10 por ciento de su peso corporal, especialmente en las regiones que soportan el peso de la rodilla --afirma Gersing--. Sin embargo, las personas con pérdida de peso de entre el 5 y el 10 por ciento no presentaban casi ninguna diferencia en la degeneración del cartílago en comparación con aquellas que no perdieron peso".
La pérdida sustancial de peso no sólo frena la degeneración articular de la rodilla sino que también reduce el riesgo de desarrollar artrosis, apunta Gersing, quien cree que junto con ejercicio moderado, la pérdida de peso es una de las intervenciones principales contra la enfermedad. "Es muy útil si estas intervenciones de estilo de vida se realizan tan pronto como sea posible", aconseja.
En el futuro, los investigadores planean analizar el papel de la diabetes, que está estrechamente vinculada con la obesidad, en la degeneración del cartílago. También quieren hacer un seguimiento de ocho años con el grupo de pacientes y ver qué efectos puede tener el aumento de peso en la articulación de la rodilla.