MADRID 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
La parálisis facial es una patología que está "infravalorada" desde el punto de vista médico y social, lamenta el jefe de la Unidad de Parálisis Facial del Hospital USP San Camilo de Madrid, el doctor Enrique Pérez Luengo, quien advierte de que una atención incorrecta en lo que a salud ocular se refiere --la enfermedad incide en este órgano-- puede derivar incluso en la pérdida de visión.
Este experto, en declaraciones a Europa Press, reconoce que esta problemática tiene una importante repercusión en las relaciones afectivas, sociales y laborales, ya que "la cara es un órgano que complementa la comunicación verbal". Asimismo, apunta a la sintomatología física asociada que pasa por dificultades en la audición y en la deglución.
En relación a la pérdida del parpadeo espontáneo, que también surge a raíz de la parálisis facial, por la que se disminuye la lacrimación y, a su vez, provoca conjuntivitis y úlceras corneales, alerta de que "si no se hace un seguimiento" en este campo, el paciente puede llegar a ser invidente.
ORIGEN DESCONOCIDO
En general, Pérez Luengo explica que el origen de la parálisis facial, que se produce por una lesión del nervio facial y que provoca la paralización de los músculos que intervienen en la expresión de la cara, es desconocido (en un 85%).
"Entre el 80 y 90 por ciento es de origen desconocido aunque creemos que está asociado a enfermedades virales que afectan al nervio", precisa este experto, quien también apunta a orígenes traumáticos o tumorales.
De esta manera, explica que existen "multitud de virus banales, incluso hasta el virus de la gripe, que pueden producir una neuritis suficientemente intensa para producir este fenómeno". No obstante, señala que "con el tratamiento adecuado", ya sea la administración de corticoides a dosis altas, no quedan secuelas.
Aun así, matiza que la recuperación, "depende de la gravedad inicial" y que, en general, las personas que sufren una lesión inicial pueden recuperarse en unas cinco o seis semanas. Si el daño es más grave, el enfermo tardaría entre seis meses y un año, añade.
En el caso de las parálisis faciales de origen traumático o tumoral, existe "porcentajes pequeños" en los que la lesión es irreversible. En estos supuestos son necesarias las intervenciones quirúrgicas para reconstruir la cara, puesto que "el nervio está dañado desde el punto de vista anatómico", sostiene Pérez Luengo.
Sin embargo, en las parálisis faciales completas de origen vírico aconseja no realizar una cirugía profiláctica, ya que "el paciente no tiene el ojo adecuadamente". Por contra, recomienda una operación consistente en introducir una pesa con el fin de que el párpado paralizado recupere la función motora.
En relación a su prevención, este profesional apuesta por el respeto de las normas de seguridad vial con el fin de prevenir accidentes de tráfico y por el diagnóstico precoz. "Cuanto más tardío es el diagnóstico más se deteriora la musculatura facial denervada, por lo que las posibilidades de recuperación disminuyen", argumenta.
En este sentido, apunta a pruebas diagnósticas como la electroneurografía y la electromiografía, que informan acerca de la gravedad de la lesión, de su pronóstico y de la velocidad de regeneración nerviosa cuando ésta se inicia. Finalmente, los estudios radiológicos de imagen, como el TAC o la resonancia magnética sirven para completar el estudio diagnóstico, evidenciando tumores, fracturas craneales.
Por último, el jefe de la Unidad de Parálisis Facial del Hospital USP San Camilo de Madrid subraya que, tras el diagnostico, la fisioterapia, junto con el tratamiento, es "fundamental".