La optogenética permitirá conocer mejor el cerebro y ser más eficaz al tratar enfermedades

Premios Fronteras del Conocimiento en Biomedicina
FUNDACIÓN BBVA
Actualizado: lunes, 20 junio 2016 13:54

   Sirve para investigar el funcionamiento del cerebro e incluso modificarlo

   MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Los neurocientíficos Gero Miesenbök, Edeard Boyden y Karl Deisseroth, galardonados con el Premio Fronteras del Conocimiento en Biomedicina de la Fundación BBVA por desarrollar la optogenética, aseguran que esta técnica ya se está incorporando a la investigación clínica y en el futuro ayudará a desarrollar terapias más precisas y eficaces frente a múltiples enfermedades neurológicas.

"Necesitamos tener una comprensión básica de cómo funciona el cerebro y, si lo conseguimos, lograremos terapias más precisas y efectivas guiadas por la optogenética", ha destacado Deisseroth, que este martes asistirá en Madrid a la ceremonia de entrega de estos premios.

   La técnica consiste en activar con luz (originada por un láser o un LED) grupos escogidos de neuronas a las que previamente se les ha introducido una proteína sensible a la luz, infectándolas con el virus que transporta dicho gen.

   Esto permite estudiar el funcionamiento del cerebro vivo "con un grado de precisión sin precedentes", ha añadido Miesenböck, y entender los mecanismos que intervienen en enfermedades como la epilepsia, el Párkinson, la depresión e incluso algunas formas de ceguera, así como los que regulan funciones como el sueño, el apetito, la toma de decisiones, las emociones o la formación de recuerdos.

   De momento, han explicado estos científicos, su aplicación se ha centrado en la investigación básica para "mejorar la comprensión general de enfermedades" e identificar qué regiones o conexiones neuronales se activan en su desarrollo. "En el cerebro todo es más complejo de lo que podríamos haber imaginado", ha reconocido Boyden.

UNA AYUDA PARA TRATAR ADICCIONES

   Así, estudios en ratones han permitido identificar los efectos de la conducta adictiva a determinadas drogas en una región específica del cerebro para posteriormente intervenir en ellas mediante la estimulación magnética transcraneal.

   De igual modo, también permite obtener información para el posterior desarrollo de terapias específicas de estimulación, farmacológicas o psicosociales para otras enfermedades mentales, si bien admiten que en este caso su aportación debe tomarse con "cautela" ya que las aportaciones no tendrán una aplicación a corto plazo.

   En cambio, los expertos han reconocido que ya se están llevando los primeros ensayos clínicos que usan la optogenética como tratamiento de la ceguera por retinosis pigmentaria, que podría ser en "una de las primeras enfermedades en beneficiarse de esta técnica", según Deisseroth.

TRASTORNOS RELACIONADOS CON EL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

   Y pronto podrían comenzar otros estudios para evaluar su uso para tratar algunas formas de sordera o eliminar algunos tipos de dolor, como el asociado a la diabetes o el sufrido tras una cirugía. "Las aplicaciones médicas más próximas son las que afectan al sistema nervioso periférico", ha explicado este experto.

   No obstante, en estos casos su uso es más invasivo ya que requiere la introducción de un cable de fibra óptica para llevar la luz al cerebro, algo que según Miesenböck puede tener "barreras técnicas, éticas y legales", por lo que antes de aplicarla a humanos se debe garantizar su seguridad y valorar si el valor de la información que se espera obtener justifica su uso.

"Se necesitarán décadas de investigación para justificar el uso clínico de la optogenética", ha añadido Deisseroth, que celebra que en los últimos años la técnica sea más accesible y haya miles de laboratorios en todo el mundo usándola, incluso en países en desarrollo.

"Ofrece posibilidades muy interesantes de cara al futuro", ha sentenciado Boyden, que actualmente trabaja en la búsqueda de tecnologías para mapear el cableado del cerebro y descifrar cómo se mueve la información por el cerebro en acción y afinar aún más su grado de precisión, para controlar no sólo grupos de neuronas sino células individuales.