MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN) han firmado un convenio de colaboración con el objetivo de fomentar la formación de estos especialistas en el campo de la donación y el trasplante de órganos.
El convenio, que tendrá una vigencia inicial de cuatro años, incluye la formación continuada de profesionales en aspectos relativos a la donación renal (tanto la procedente de donación de vivo como la de donante fallecido) y el trasplante; y educación a la ciudadanía y a los pacientes en aspectos relacionados con el trasplante renal.
Asimismo, permitirá la elaboración de documentos de consenso, guías o recomendaciones técnicas o científicas relacionadas con la donación y el trasplante renal, y la investigación y desarrollo de programas destinados a mejorar el acceso al trasplante de los pacientes con enfermedad renal terminal.
De igual modo, ambas entidades trabajarán conjuntamente para notificar, investigar, registrar y transmitir la información necesaria sobre la incidencia y prevalencia de la enfermedad renal terminal, la actividad de trasplante renal, el seguimiento del paciente trasplantado renal y del donante vivo.
El trasplante de riñón es el más frecuente en España, donde en 2017 se realizaron un total de 3.269 intervenciones, un 9 por ciento más respecto al año anterior. Un dato que eleva a 70,2 la tasa de trasplantes renales en España por millón de población (pmp), la más alta del mundo según el Registro Mundial de Trasplantes.
Sin embargo, la ONT admite que la actividad de trasplante renal no es aún suficiente para atender las necesidades de la lista de espera en España, dada la elevada incidencia de la enfermedad renal terminal y el envejecimiento progresivo de la población, de ahí la necesidad de mejorar el acceso al trasplante renal de aquellos pacientes, como los hiperinmunizados, con dificultades para ser trasplantados.
Además, tanto esta entidad como la SEN quieren fomentar el trasplante renal de vivo, un tratamiento que puede llevarse a cabo antes de iniciar la diálisis y que en los últimos años ha caído ligeramente en España, con 332 casos en 2017.
Entre las causas, la ONT apunta al gran número de injertos de donante fallecido, una tendencia que ambas instituciones tratan de corregir en beneficio de los enfermos renales, especialmente los más jóvenes, debido a que los donantes fallecidos son cada vez de mayor edad.