MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) ha destacado la posibilidad de ofrecer tratamientos en todos los estudios clínicos del cáncer de próstata, el quinto tumor más frecuentemente diagnosticado en el mundo y el segundo en incidencia, considerando solo el sexo masculino.
"Una de nuestras ventajas como profesionales en esta materia es que podemos ofrecer tratamientos a pacientes con cáncer de próstata en todos los estadios clínicos. Nuestra agenda de pacientes es un nicho preferente para el desarrollo de ensayos clínicos, y debemos ser conscientes de ello", ha aseverado la organización.
En cuanto a las herramientas terapéuticas, en el cáncer de próstata precoz, tal y como ha informado, los oncólogos radioterápicos disponen de tratamientos mínimamente invasivos y casi ambulatorios como la braquiterapia, la cual en los últimos 10 años se ha convertido en una modalidad curativa cada vez más utilizada en estadios iniciales.
Así, se emplea en monoterapia fundamentalmente en pacientes con enfermedad de riesgo bajo o intermedio favorable y en combinación con radioterapia externa en pacientes de riesgo intermedio y alto. En la actualidad, la técnica está experimentando mejoras significativas gracias a la integración de otras técnicas de imagen como la resonancia magnética y a la posibilidad de realizar terapias focales.
De hecho, a su juicio, la braquiterapia se aproxima mucho a lo que se podría considerar el tratamiento "ideal" en pacientes bien seleccionados, han indicado. Y es que, consigue "excelentes" resultados oncológicos a largo plazo, su perfil de tolerancia y seguridad es superior a todas las demás técnicas, no es mutilante, preserva la función urinaria y sexual y permite la incorporación a la vida activa en un tiempo récord.
Además, en enfermedad avanzada, la radioterapia también juega un papel central, tanto en la paliación de síntomas como en pacientes oligometastásicos, en los que la combinación con otros tratamientos como los nuevos fármacos, la hipertermia o la inmunoterapia promete nuevas oportunidades para estos pacientes.
Ahora bien, SEOR ha apostillado que, a pesar de que una de las herramientas terapéuticas del oncólogo radioterápico es la radiación, en su quehacer habitual se emplean otro tipo de herramientas como fármacos, para el tratamiento de los pacientes, antieméticos, antibióticos, opioides o tratamientos hormonales.
"Estamos muy comprometidos en la sostenibilidad del sistema sanitario español, prueba de ello es que el coste promedio de un tratamiento radioterápico en nuestro país es de poco más de 1.000 euros por paciente, por lo que nuestra especialidad es muy costo-efectiva", ha detallado la asociación.
MEDICINA MULTIDISCIPLINAR
No obstante, los resultados oncológicos varían en función del estadio de la enfermedad (localizado, localmente avanzado o metastásico) y del tratamiento utilizado. Cada paciente debe ser abordado de forma individualizada y su tratamiento diseñado de forma personalizada, mejor si se hace desde un equipo multidisciplinar.
Además, han añadido, se está en la era de la súper especialización en uno o dos tumores por profesional, lo que conlleva a que estructuras "muy jerarquizadas", como la organización en servicios clínicos, vaya siendo desplazada por organizaciones multidisciplinares como los comités de tumores, en los que especialistas de todas las áreas deciden lo mejor para cada paciente.
En estos momentos, funcionalmente el paciente ya ocupa el centro de la organización de los hospitales y, probablemente, en el futuro estas estructuras jerárquicas tradicionales se deberán adaptar a la nueva situación, apareciendo unidades funcionales o de gestión por tumores.
Finalmente, y en lo que atañe a la Oncología Radioterápica, el futuro del tratamiento del cáncer de próstata "resulta apasionante". Por un lado, el avance en el conocimiento de los mecanismos biológicos más básicos de este tumor va a permitir diseñar nuevos tratamientos más dirigidos, con nuevas combinaciones de terapias sistémicas con la radioterapia.
Por otro lado, los avances tecnológicos ya posibilitan realizar tratamientos muy sofisticados, tanto de radioterapia externa como braquiterapia, permitiendo administrar de forma segura dosis cada vez más altas, con un mínimo impacto en los órganos sanos.