MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
La oncóloga María José Echarri González, del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid), ha subrayado que reducir la exposición a los disruptores endocrinos, compuestos químicos presentes en plásticos, cosméticos y productos cotidianos, es clave para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
"Medidas simples, como utilizar envases de vidrio o acero inoxidable, evitar plásticos en contacto con alimentos y priorizar productos frescos frente a procesados, pueden marcar una diferencia notable en la salud hormonal a largo plazo", ha señalado Echarri en su intervención en las Jornadas Multidisciplinarias de Cáncer de Mama celebradas este martes en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
La especialista ha ahondado en la utilidad de otras medidas de prevención, poniendo el foco en una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea, esto es, rica en frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva y pescado. "Fomentar la calidad y variedad en la alimentación cotidiana suele ser más eficaz que recurrir a suplementos. Son hábitos que protegen la salud y ayudan a reducir la exposición a sustancias potencialmente nocivas", ha aseverado.
Asimismo, ha apuntado a la práctica de ejercicio físico tanto antes del diagnóstico, como durante el tratamiento del cáncer de mama y, posteriormente, como medida para disminuir el riesgo de recaída y mejorar los efectos secundarios, además de controlar el peso. Junto a esto, ha destacado que se deben reducir factores de riesgo como el consumo de alcohol y tabaco.
IMPLICACIÓN DE LA PACIENTE EN EL TRATAMIENTO
Por su parte, la oncóloga Anabel Ballesteros García, del Hospital Universitario de La Princesa, ha insistido en el papel beneficioso que aporta la implicación positiva de la paciente en su propio tratamiento. Este compromiso, que se refleja en el cumplimiento de la medicación, la práctica de actividad física regular y el seguimiento de una alimentación equilibrada, ayuda al éxito terapéutico.
Aun así, la profesional ha reconocido que mantener la adherencia al tratamiento durante años puede resultar complejo debido a los efectos secundarios. "No es lo mismo mantener tratamientos durante cinco años que prolongarlos entre siete y diez. Por ello, la comunicación clara entre los profesionales y las personas en tratamiento es esencial para que comprendan su papel en el proceso y alcancen los mejores resultados", ha señalado.
En este sentido, también ha resaltado que educación sobre el tratamiento y el acompañamiento psicológico son herramientas que ayudan a mejorar la adherencia y minimizar el impacto emocional que puede generar el tratamiento prolongado.
RADIOTERAPIA Y DESESCALADA TERAPÉUTICA
En lo relativo a los tratamientos, la oncóloga Anxela Doval González, del Hospital Clínico San Carlos, ha centrado su intervención en la radioterapia. Sobre esta ha explicado que se están adoptando esquemas más cortos, para reducir el tiempo de exposición y mejorar la seguridad y calidad de vida de las personas tratadas.
La especialista también ha señalado la importancia de personalizar los protocolos según la edad, el tipo de tumor y las comorbilidades de cada persona. La radioterapia ya no se concibe únicamente como un tratamiento postoperatorio; las estrategias prequirúrgicas y la integración con otras modalidades terapéuticas abren nuevas posibilidades para optimizar resultados y minimizar efectos secundarios.
También sobre tratamientos ha hablado la coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama de Oncoavanze-Hospitales Quirónsalud, María Valero Arbizu, quien ha resaltado la desescalada terapéutica que se está viviendo en el ámbito oncológico de forma reciente.
Según ha precisado, estas estrategias buscan mantener la eficacia de los tratamientos mientras se reducen los efectos adversos y la duración de los mismos.