GINEBRA, 1 Sep. (Reuters/EP) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el brote de fiebre amarilla en Angola y la República Democrática del Congo podría afectar a unas 6.000 personas, seis veces más que el número actual de casos confirmados, si bien celebra que no se hayan notificado nuevas infecciones desde el pasado mes de julio.
El Comité de Emergencias de este organismo de Naciones Unidas se reunió este miércoles con el objetivo de analizar los avances logrados en la contención de ambos brotes y constatar que no se hayan propagado a otros países.
El director ejecutivo del Progama de Emergencias de la OMS, Peter Salama, ha explicado en una rueda de prensa posterior que por el momento sólo se han confirmado unos mil afectados en ambos países pero el número de casos sospechosos asciende a unos 6.000. Además, ha añadido, "puede haber casos no detectados".
No obstante, las tendencias son muy positivas en ambos países, ha añadido, ya que desde el 23 de junio en Angola y el 12 de julio en República Democrática del Congo no se han confirmado nuevos casos.
El inicio de la temporada de lluvias ha aumentado los temores de una mayor propagación del peor brote de este virus hemorrágico registrado en las últimas décadas, lo que propició que alrededor de 7,7 millones de personas hayan sido vacunadas a lo largo de este mes en una campaña de prevención desplegada en Kinshasa, capital congoleña.
A estas habría que sumar la inmunización de otros 1,5 millones de personas en otras regiones del país y 2,4 millones en Angola, lo que sumaría un total de 11,6 millones de personas vacunadas.
NO ES UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA, PERO SÍ GRAVE
"A pesar de que la situación de la fiebre amarilla está mejorando, creemos que este problema sigue siendo grave y requiere medidas sostenidas, si bien no constituye un problema de salud pública de importancia internacional en este momento", ha reconocido Oyewale Tomori, presidente del Comité de Emergencia de la OMS.
Además, los expertos han alertado de que el flujo migratorio entre la República Democrática del Congo y su vecina República del Congo suponen un riesgo para la propagación del virus y por ello recomiendan que el Gobierno de Brazzaville ponga en marcha una campaña de vacunación preventiva en zonas de alto riesgo. Asimismo, avisan de que el virus también podría moverse hacia África Central y África Oriental.
Las campañas puestas en marcha a lo largo de este año han agotado en dos ocasiones la reserva mundial de 6 millones de dosis de vacuna de fiebre amarilla, algo que según la OMS no tiene precedentes.
Esto ha propiciado que los cuatro principales fabricantes que suministran la vacuna --el Instituto Pasteur, la farmacéutica francesa Sanofi y los gobiernos de Brasil y Rusia-- hayan trabajado de manera incesante para reponer estas existencias. De hecho, la OMS espera que la reserva cuente con 20 millones de dosis en diciembre.